jueves, 6 de febrero de 2020

PRIMERAS IMPRESIONES, CURIOSIDADES Y OBSERVACIONES I


LA TEMIDA ADUANA

Mis maletas iban llenas de todo menos de comida; el miedo y respeto por una aduana que te obligara a abrir tus maletas y sacar toda la comida, madera, semillas, hierbas que te atrevieras a meter al país me hizo no arriesgar ni a meter un palito de palo santo (si lo llego a saber lo traigo porque son palitos aquí cuestan 9 euros...).

En el avión rellenas un formulario en el que ante la duda, mejor declarar que sí que tienes antes de decir que no y que luego sea que sí. En base a eso, un oficial te enviará a una cola u a otra, después de la cual otra oficial te preguntará solo por las cosas que has declarado. Yo declaré llevar deportivos sucios y medicamentos. Después de oír ibuprofeno y paracetamol no se inmutaron y cuando les dije que las botas que llevaba a lo mejor estaban sucias (había visto a un oficial limpiar la suela de la zapatilla de una chica con un punzón a mano), la oficial me las pidió y se fue a lavarlas. Cuando volvió, con los mismos guantes de haber lavado las suelas de mis botas de montaña, me abrió un bocadillo de atún que yo había dicho que llevaba en el bolso. Después de meter los dedos en el pan y ver que solo era atún me dijo: no pasa nada, te lo puedes comer.

Todavía no sé si tendré que hacer otro viaje de casa a Australia, pero ya os digo yo que no voy a traer ropa.


¿CÓMO SABER QUIÉN ES NUEVO EN LA CIUDAD?

En Ghana resultaba también fácil identificar a los nuevos, ¿que cómo? Pues muy fácil. Solo bastaba con observar quién andaba mirando al suelo para evitar caer en las alcantarillas y quién no. Debo decir que nunca caí en una, y que por tanto nunca quedé bautizada por el agua del río Cacca, digo Accra, pero algunas de mis visitas sí que lo hicieron y por respeto no daré más detalles de lo que se siente al caer en uno de esos agujeros.

¿Cómo se identifican a los nuevos en Australia? En Brisbane, y supongo que en las grandes ciudades, podría ser porque al igual que en Nueva York los descubres mirando todo el rato hacia arriba, impresionado de la altura de los edificios y lo rápido que pasan las nubes sobre las paredes de cristal. Pero no, no es ese el caso. Si estás en Australia y no quieres parecer el recién llegado, antes de cruzar una calle, mira a tu derecha. Sí, a tu derecha, porque en Australia conducen al revés. Lo sabía antes de llegar, supongo que no es nada nuevo, pero no era consciente de todas las cosas que están relacionadas con el cambio. Antes de despedirme de mis amigas, una de ellas me avisó de la primera: recuerda mirar a la derecha. Llevo una semana y todavía me repito para mí cuando me estoy acercando al cruce: todo viene por tu derecha.

Mientras esperaba mi primer uber en el aeropuerto hubo algo que me asustó. Mi coche llegaba con un pasajero ya en el asiento del copiloto. Era un chico y cerca de la 1 de la mañana, por lo que pensé: ¿pero por qué vienen los ubers acompañados en este país? ¿Por qué se ha traído a su amigo para llevarme a mi casa que ni siquiera sé ni dónde está y voy a tener que hacer como que conozco la ciudad para que no noten mi miedo por ser ellos dos y yo una. El copiloto se bajó y me ayudó con las maletas, pensé qué detalle. Entré en el coche y entró el copiloto. No había ningún conductor, al menos en el lado izquierdo. Arrancó y nos fuimos. Solo dos personas.

Si alguien te lleva a casa, intenta acordarte de que tú entras por el lado izquierdo, sino te puede pasar como aquí, que con alguien con el que no tenía mucha confianza me dijo: si no te importa, te llevo yo a casa, no tú a mí.

¡¡Las rotondas se hacen al revés!! vengo de estar conduciendo mi último año en Ghana donde las rotondas no seguían ningún orden ni leyes de prioridad al vehículo que ya está dentro de la rotonda. Yo estoy acostumbrada a eso y creo que el no haber conducido mucho en España mientras esperaba a venir aquí no ha ayudado a quitarme la manía, por lo que si sumamos ahora este pequeño detalle de coger la rotonda como si un cangrejo borracho se hubiera dejado las llaves de casa, y que los estacionamientos en el centro pueden costar 40 euros la hora, creo que voy a tardar un tiempo en hacerme con un coche, por muy baratos que digan que cuesten.


JET LAG ON FIRE

Después de más de 30 horas en pie (con un viaje a Madrid en tren y dos vuelos de 7 y 13 horas con una paradita técnica de dos horas en Doha) llegas a la otra punta del mundo y tienes que coger un uber para ir a una casa donde has alquilado una habitación y ponerte a dormir nada más llegar para intentar vivir al ritmo de ellos. Lo haces, quizás un par de horas más tarde, pero una ducha y contacto con el mundo de origen es necesario, y en cuestión de dos horas te vuelves a despertar y ya no puedes dormir.

De dos horas pasas a dormir 3 durante varios días y en una semana puedes llegar a contar 6. Esta segunda semana ya andamos por las 8 y con alguna siesta incorporada. Creo que ya lo tenemos controlado.

Los Queenslanders, o los habitantes de esta región de Australia, funcionan como en África, con el baile del sol. A las 5 están ya desayunando y a las 9 de la noche se les empiezan a cerrar los ojos. Todos los árboles de alrededor dan cobijo a pájaros que no tienen vergüenza de empezar a lavarse las cuerdas vocales a las 4 de la mañana, por lo que si eres de sueño ligero, te puedes despertar con un poco antes de la cuenta.


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