Este diciembre se casaba una de mis mejores amigas y aun no pudiendo estar con ellos en ese día tan importante para ellos y para todos los que les rodeamos, estuve muy presente. Mis amigas, que estaban allí, me iban enviando fotos, audios, vídeos de todo lo que iba ocurriendo, tanto es así que mientras limpiaba en casa, lloraba y me emocionaba como si estuviera con ellos.
Durante el convite los llamé y pudimos hacer una vídeo conferencia. Lloré como si fuera la madrina y aunque me dio mucha pena no poder estar, me hizo mucha ilusión vivirlo tan cerca desde tan lejos.
Con mi horario cambiado de sueño, cuando ellos a las 4 se iban a la cama, yo me levantaba así que viví todo hasta el último momento.
Por muchos momentos más así, aun estando lejos.
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