El 18 de noviembre mis asistentes, las alumnas que terminaron la carrera en junio de este año y ahora trabajan en la Universidad como asistentes, se graduaban. Me dijeron de ir y hacerles fotos pero no pude hacer gran cosa porque al entrar en el recinto y ser la única blanca, me pidieron acreditación y no me dejaron hacer fotografías.
El ambiente de la Universidad era muy chulo, porque podías ver tres y cuatro generaciones en la Universidad, haciendo picnic y celebrando que un nieto/a , hijo/a, sobrino/a o hermano/a se graduaba. Es mucha gente para ir a un restaurante, así que con neveras y sillas a cuestas, se plantan en medio del parque de la Universidad y pasan el día entre bailes, cantos y comida.
Aquí os dejo algunas de las pocas fotos que pude hacer. Era la única blanca en un kilómetro a la redonda y me volví pronto a casa porque llamaba mucho la atención y sentí que molestaba en un acontecimiento tan íntimo, aun siendo al aire libre.
La sala donde se graduaban no era lo suficientemente grande como para que todo el mundo cupiera, así que colocaron cientos y cientos de sillas y pantallas para seguir el acto. En la página de la Universidad también se podía seguir, como hacían mis asistentes, para ver si alguna se caía de los andamios que llevaban puestos.
Los niños siempre son los más agradecidos. Me pidieron ellas la foto.
Estudios de fotografía improvisados alrededor del recinto para poder hacerse unas fotografías dignas del momento.
Una de mis asistentes me llamó y pude acercarme un momento a felicitarla por la graduación y hacerle unas fotos. Bailamos y comimos un buen rato.
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