LA UNIVERSIDAD
El semestre acaba de terminar, estamos con exámenes ahora y la sensación
que tengo es que se ha pasado volando. No sé si han aprendido mucho, o lo
suficiente, o incluso algo pero yo he disfrutado mucho. Con niveles superiores
puedes aprender mucho de la cultura local, de su forma de ver el mundo, de
conectar con emociones universales que compartimos todos. Con niveles
inferiores he intentado darles confianza con el idioma, motivarlos, que se
sientan orgullosos de haber elegido español y no otra opción. Siempre nos queda
la duda de si ha sido así o no.
Aparte de las clases, he hecho con ellos un taller de fotografía en
español para que participaran en un concurso de Casa África sobre los mercados
en África. Ha sido muy interesante enseñarles cosas sobre composición, sobre
fotos reivindicativas, conmovedoras, políticas. Ver a alumnos emocionarse con
una foto o yo llorar al ver la impresión que provoca una foto u otra ha sido
todo un regalo.
El curso que viene intentaré hacer más cosas porque en este semestre no
me ha dado tiempo a poder integrarme más. He estado, digamos “entretenida” con
el tema de papeles, visados, permisos de trabajo. Voy a intentar hacer cositas
con la Embajada y entre clases y actividades extraescolares, volverá a pasar,
me temo, el tiempo volando.
Tengo sólo dos exámenes que hacer ahora en diciembre y en cuanto termine
el semestre, el día 17 de diciembre, tenemos vacaciones hasta el 30 de enero.
¿No os enamoraríais vosotros también?
ALUMNOS
Creo que yo
aprendo más de ellos que ellos de mí. Cada día me enseñan su forma de ver el
mundo, la vida, a veces incomprensible, otras curiosa.
Cositas curiosas
como…
El aspecto físico
Ver las
diferencias en cuanto a la percepción del aspecto físico me ha hecho alguna vez
soltar alguna sonrisa en clase: alumnos que me preguntan si estoy enferma, o no
me gusta cocinar al verme tan delgada; redacciones donde describen a una amiga
como “gorda” y decirles que la palabra “gorda” puede ser despectiva y decirte
que no entienden por qué. Aquí significa todo lo contrario.
Decir que “comes
como un hombre” aquí no se entiende, porque justamente aquí eligen como
referencia a la mujer, que dicen que al estar siempre cocinando y en la cocina
no para de picar y comer.
El pecho no es
un elemento erótico, es natural, el elemento más conectado con la naturaleza,
con alimentar a nuestros hijos. En cambio, el trasero es el símbolo sexual de
referencia. Cuánto más grande, mejor. Así que creo que no hace falta que diga
que no cumplo el perfil J.
Inmigración
Me ha llamado la
atención ver cómo ven la inmigración por parte de extranjeros como algo
negativo, ya que sienten que para ellos no hay trabajo en el país y los
extranjeros que vienen sí que encuentran de forma fácil o criticar la situación
de los jubilados en el país, donde aun teniendo que estar jubilados por edad,
siguen trabajando para poder ganar dinero, impidiendo así que los jóvenes
entren en el mercado laboral.
Me impactó leer
redacciones sobre el tema de inmigración donde los alumnos relataban que tenían
familiares que habían intentado llegar a Europa en patera. Mira que tenemos el tema cerca en España pero
ignorante de mí, aquí me ha impactado mucho oírselo decir a ellos.
Fuerza interior
Una de las
redacciones que he pedido también ha sido sobre si las personas podían ser
capaces de hacer algo por sí mismas y me sorprendió lo que me escribieron: no
pueden hacer nada sin dos tipos de ayuda: la familia y Dios. La ayuda aquí no
se entiende como la entendemos nosotros. Aquí ayudar es una obligación y quien
tiene, no tiene otra opción que ayudar, vengas de donde vengas.
Cuando se
conocen entre ellos, lo primero que hacen en ese primer encuentro es averiguar
cuál es el tipo de relación que tienen entre ellos o si existe alguna relación
entre una persona y la otra para poder saber si es una persona a la que se
podría acudir en un futuro.
Entienden la
ayuda como algo obvio, natural, esperable. La familia está para ayudar y el que
tenga una mejor posición debe ocuparse del resto de miembros. Y por encima de
la familia, las redes que crean para ayudarse unos a otros, está Dios. No hay
una redacción en la que no lo nombren y en esta en concreto donde se habla de
ayuda, dejan de asumir cualquier tipo de responsabilidad en sus actos y todo
queda supeditado a la ayuda que llega de la mano de Dios, cuando más lo
necesitan.
En la última
clase, les deseé a todos buena suerte y que sabía que iban a rezarle a Dios
para aprobar pero que como Dios seguramente tendría cosas más importantes que
hacer que ocuparse de un examen de español, que estudiaran y no lo dejaran todo
en sus manos. A las 2 de la mañana todos los días aún hay estudiantes rezando
en voz alta enfrente de casa.
NIÑOS
Llevo ya tiempo
acostumbrada a verlos corriendo, riendo, en la espalda de sus madres y no
ponerme a sonreírles o tocarlos. Poco a poco, me voy acostumbrando también a
ellos.
Aun así, ahora
hay otras cosas que me llaman la atención, una vez entras dentro de sus
historias:
No entiendo como
en una de las entradas principales de la Universidad puede haber una familia de
inmigrantes viviendo día y noche en la calle, en el suelo, y mientras los
padres esperan en la sombra, los niños, muchos, por dar más pena, pasan el día
de coche en coche y detrás de los que vamos andando, pidiendo dinero para
comer. Pero no es que no entienda qué hacen allí, lo que no entiendo es cómo la
Universidad no puede hacer nada para solucionar ese problema, y no me refiero a
que los quiten de esa entrada y se los lleven a otro barrio como hacer con los
vagabundos por ejemplo, hablo de que normalicen la situación de esos niños, que
vayan a una escuela, que intenten solucionar el problema de forma integrativa;
tratar la indiferencia de la gente no es fácil.
Otra situación que he vivido aquí y me impactó tuvo lugar en el mercado
donde suelo ir a comprar, en la Universidad. Eran cerca de las nueve de la
noche y en unos de los puestos me atendió una niña que mientras hacía los
deberes, despachaba a la gente. Le pregunté la edad y me dijo catorce años. Le
dije, ilusa, que cómo es que estaba haciendo deberes y trabajando al mismo
tiempo, y me calló de un golpe en el estómago con sus palabras: “this is how
life is” (así es la vida).
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