viernes, 2 de diciembre de 2016

COSITAS VARIAS PARA PONEROS AL DÍA

LA UNIVERSIDAD

El semestre acaba de terminar, estamos con exámenes ahora y la sensación que tengo es que se ha pasado volando. No sé si han aprendido mucho, o lo suficiente, o incluso algo pero yo he disfrutado mucho. Con niveles superiores puedes aprender mucho de la cultura local, de su forma de ver el mundo, de conectar con emociones universales que compartimos todos. Con niveles inferiores he intentado darles confianza con el idioma, motivarlos, que se sientan orgullosos de haber elegido español y no otra opción. Siempre nos queda la duda de si ha sido así o no.

Aparte de las clases, he hecho con ellos un taller de fotografía en español para que participaran en un concurso de Casa África sobre los mercados en África. Ha sido muy interesante enseñarles cosas sobre composición, sobre fotos reivindicativas, conmovedoras, políticas. Ver a alumnos emocionarse con una foto o yo llorar al ver la impresión que provoca una foto u otra ha sido todo un regalo.

El curso que viene intentaré hacer más cosas porque en este semestre no me ha dado tiempo a poder integrarme más. He estado, digamos “entretenida” con el tema de papeles, visados, permisos de trabajo. Voy a intentar hacer cositas con la Embajada y entre clases y actividades extraescolares, volverá a pasar, me temo, el tiempo volando.

Tengo sólo dos exámenes que hacer ahora en diciembre y en cuanto termine el semestre, el día 17 de diciembre, tenemos vacaciones hasta el 30 de enero. ¿No os enamoraríais vosotros también?

ALUMNOS

Creo que yo aprendo más de ellos que ellos de mí. Cada día me enseñan su forma de ver el mundo, la vida, a veces incomprensible, otras curiosa.

Cositas curiosas como…

El aspecto físico
Ver las diferencias en cuanto a la percepción del aspecto físico me ha hecho alguna vez soltar alguna sonrisa en clase: alumnos que me preguntan si estoy enferma, o no me gusta cocinar al verme tan delgada; redacciones donde describen a una amiga como “gorda” y decirles que la palabra “gorda” puede ser despectiva y decirte que no entienden por qué. Aquí significa todo lo contrario.
Decir que “comes como un hombre” aquí no se entiende, porque justamente aquí eligen como referencia a la mujer, que dicen que al estar siempre cocinando y en la cocina no para de picar y comer.
El pecho no es un elemento erótico, es natural, el elemento más conectado con la naturaleza, con alimentar a nuestros hijos. En cambio, el trasero es el símbolo sexual de referencia. Cuánto más grande, mejor. Así que creo que no hace falta que diga que no cumplo el perfil J.
Inmigración
Me ha llamado la atención ver cómo ven la inmigración por parte de extranjeros como algo negativo, ya que sienten que para ellos no hay trabajo en el país y los extranjeros que vienen sí que encuentran de forma fácil o criticar la situación de los jubilados en el país, donde aun teniendo que estar jubilados por edad, siguen trabajando para poder ganar dinero, impidiendo así que los jóvenes entren en el mercado laboral.
Me impactó leer redacciones sobre el tema de inmigración donde los alumnos relataban que tenían familiares que habían intentado llegar a Europa en patera.  Mira que tenemos el tema cerca en España pero ignorante de mí, aquí me ha impactado mucho oírselo decir a ellos.
Fuerza interior
Una de las redacciones que he pedido también ha sido sobre si las personas podían ser capaces de hacer algo por sí mismas y me sorprendió lo que me escribieron: no pueden hacer nada sin dos tipos de ayuda: la familia y Dios. La ayuda aquí no se entiende como la entendemos nosotros. Aquí ayudar es una obligación y quien tiene, no tiene otra opción que ayudar, vengas de donde vengas.
Cuando se conocen entre ellos, lo primero que hacen en ese primer encuentro es averiguar cuál es el tipo de relación que tienen entre ellos o si existe alguna relación entre una persona y la otra para poder saber si es una persona a la que se podría acudir en un futuro.
Entienden la ayuda como algo obvio, natural, esperable. La familia está para ayudar y el que tenga una mejor posición debe ocuparse del resto de miembros. Y por encima de la familia, las redes que crean para ayudarse unos a otros, está Dios. No hay una redacción en la que no lo nombren y en esta en concreto donde se habla de ayuda, dejan de asumir cualquier tipo de responsabilidad en sus actos y todo queda supeditado a la ayuda que llega de la mano de Dios, cuando más lo necesitan.
En la última clase, les deseé a todos buena suerte y que sabía que iban a rezarle a Dios para aprobar pero que como Dios seguramente tendría cosas más importantes que hacer que ocuparse de un examen de español, que estudiaran y no lo dejaran todo en sus manos. A las 2 de la mañana todos los días aún hay estudiantes rezando en voz alta enfrente de casa.


NIÑOS

Llevo ya tiempo acostumbrada a verlos corriendo, riendo, en la espalda de sus madres y no ponerme a sonreírles o tocarlos. Poco a poco, me voy acostumbrando también a ellos.
Aun así, ahora hay otras cosas que me llaman la atención, una vez entras dentro de sus historias:
No entiendo como en una de las entradas principales de la Universidad puede haber una familia de inmigrantes viviendo día y noche en la calle, en el suelo, y mientras los padres esperan en la sombra, los niños, muchos, por dar más pena, pasan el día de coche en coche y detrás de los que vamos andando, pidiendo dinero para comer. Pero no es que no entienda qué hacen allí, lo que no entiendo es cómo la Universidad no puede hacer nada para solucionar ese problema, y no me refiero a que los quiten de esa entrada y se los lleven a otro barrio como hacer con los vagabundos por ejemplo, hablo de que normalicen la situación de esos niños, que vayan a una escuela, que intenten solucionar el problema de forma integrativa; tratar la indiferencia de la gente no es fácil.

Otra situación que he vivido aquí y me impactó tuvo lugar en el mercado donde suelo ir a comprar, en la Universidad. Eran cerca de las nueve de la noche y en unos de los puestos me atendió una niña que mientras hacía los deberes, despachaba a la gente. Le pregunté la edad y me dijo catorce años. Le dije, ilusa, que cómo es que estaba haciendo deberes y trabajando al mismo tiempo, y me calló de un golpe en el estómago con sus palabras: “this is how life is” (así es la vida).

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