miércoles, 21 de septiembre de 2016

LA UNIVERSIDAD

EL BANCO
Ya tengo cuenta ganesa pero no os creáis que no me ha costado. La chica, amabilísima, estuvo varias horas con una sonrisa de oreja a oreja el primer día hasta que consiguió hacer todos los pasos para decirme que esperara dos semanas para poder recibir la tarjeta y el número de cuenta.
Cuando volví el día que me dijo no debió de apetecer ayudarme y haciéndose la sueca, me dijo que volviera el miércoles, a partir de las 8:30 cuando quisiera. Cuando volví a las clases, una de mis asistentes me preguntó y cuando escuchó la historia me dijo que no esperara hasta el miércoles. Me había dicho ese día porque era festivo e iba a estar cerrado. Volví antes del miércoles y cuando me vio entrar, sonrió y puso cara de niña a la que acaban de pillar haciendo una travesura y sabe que no le van a regañar.
Otra cosa que me llamó mucho la atención del banco fue el primer día, cuando sentada en la mesa de esta chica, vi como una chica al lado estaba rellenando una hoja para informar que se había cambiado de domicilio. Hasta ahí, todo bien. Lo más gracioso es que esa hoja tiene un apartado en el que tienes que hacer un mapa para situar el domicilio nuevo y abajo te dejan unas líneas para que les expliques como llegar a tu buzón.
INSTALACIONES
Dentro de la Universidad hay de todo: varios mercados, farmacias, bancos, bares, restaurantes, pistas de fútbol, voleybol, baloncesto, gimnasio, piscina y todo rodeado de verde. Quiero apuntarme a hacer algo de deporte pero no me hace mucha gracia ir con los estudiantes. A ver si esta semana puedo ver qué actividades y horarios tienen.
Los recursos en la Universidad no son abundantes pero las asistentes hacen lo imposible para que la clase tenga de todo y pueda dar la clase lo más cómoda posible. El otro día no pude utilizar el proyector en una clase porque no encontramos el mando pero un profesor me enseñó un palo que había detrás de la pizarra para darle al botón de encendido en las alturas. A veces nos empeñamos en usar tecnología cuando el recurso está delante de nuestros ojos.
ALUMNOS
Son un amor. Respetan, escuchan y están muy entusiasmados con el aprendizaje de un idioma. Cuando caminas por el campus, muchos estudiantes te saludan, aunque no te conozcan y hacen que parezca que estás en casa.

El otro día preguntando en clase me llamó la atención que la mayoría de los estudiantes se levantan entre las 4-5 de la mañana para poder llegar a la primera clase de las 7:30 y vienen sin desayunar. Que lleguen a las últimas horas de clase despiertos casi es un milagro.


Una peluquería. No sabía que quemaban las trenzas...

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