jueves, 27 de noviembre de 2008

puesta al dia II

Aquí estoy otra vez!!!

Me he propuesto contaros antes de que termine la semana todo lo que ha ocurrido este mes, a puntito ya de terminar.

Hoy jueves las cosas están mucho más tranquilas y es que ya he decidido que es el miércoles el peor día de la semana; mira que trabajo sólo una hora normal y dos horas extra en las que sólo hago repaso o les pongo una película o una canción, así que no tendría por qué ir nada mal pero no ha habido miércoles que no haya tenido algo y este pasado, ayer, no iba a ser menos. Todas las cosas extrañas que os he ido contando han ocurrido un miércoles, pongo la mano en el fuego :).

El martes por la noche cuando estaba durmiendo se rompió el calentador del agua de la ducha y cuando me levanté por el ruido a cascada que oía tenía el mediterráneo en mi cuarto de baño. Salí con el pijama a por el guardia y con los monosílabos que conozco “badá” (agua) “dabai” (vamos) y no sé que más, el hombre vino y cómo pudo cerró la llave y me dijo que “utram” (al día siguiente), así que me fui a la cama. Al día siguiente, antes de irme al trabajo le quise dejar la llave para que me lo arreglaran mientras y me dijo que no, entendí algo así como que la Comandant (está adquiriendo protagonismo en este blog ehh) me llamaría luego. Pues estaba en lo cierto, me llamó a mitad de clase y me pidió la llave de muy malas maneras. Por la tarde yo tenía que ir, da la casualidad, a la Oficina de Relaciones Internacionales a por un papel y me dijeron que había estado allí la Comandant y que había dicho que yo no había querido dejar las llaves por la manyana y que a partir de ahora tenía que dejar las llaves siempre allí. Esta mujer no se fía de mí un pelo, pensé. Cuando volví a la noche recogí las llaves. Habían arreglado el calentador, así que problema resuelto. Pero la historia no acaba aquí porque esta mañana, cuando estaba desayunando a paso acelerado para llegar a la uni, estoy hablando de las 8.30 de la mañana, me tocan a la puerta. Guardo sartenes, ollas y hornillos y salgo al encuentro de mi nuevo y querido despertador, en este caso despertadora porque era la comandant nada más y nada menos que con la intención de entrar con la excusa de que se tenía que lavar los dientes…no os lo perdáis de vista!! Me dice “¿puedo?” y qué se supone que tengo que decir, “pues claro” y ha entrado como mirando el comedor y se ha metido en el baño, se ha puesto pasta de dientes en el cepillo y se ha ido…. Quien lo entienda que me lo diga, acepto todo tipo de ideas…pero creo que me lo voy a tomar a buenas porque sino… no hay quien lo entienda.

Bueno, y esto sólo puede pasar un miércoles. Ayer también volví a tener problemas con la jefa porque me exige que le entregue ya los exámenes pero no es capaz de decirme cuándo son las fechas de los exámenes. Me ha dicho que mañana me las dice, yo ya no espero nada hasta la semana que viene. También me ocurrió que como nadie me explica cómo son las cosas (los que deben hacerlo, el resto de gente que no tiene que hacerlo no digo nada) yo hice los exámenes cogiendo el modelo del anterior lector, David, y claro, ayer me encuentro con que las profesoras lo hacen de otra manera completamente distinta. No me voy a poner a explicar ahora cómo lo he hecho yo y cómo habría que haberlo hecho porque aparte de que no os ibais a enterar y posiblemente no tendréis ningún interés en saber cómo funcionan aquí los exámenes, ayer por la noche decidí no cambiar mis exámenes y dejarlos cómo yo los he hecho. Primero: mis exámenes son mucho más fáciles de lo que deberían ser y teniendo en cuenta que tengo como primera norma aprobar a todos el mundo… mejor ni tocarlos; Segundo: no voy a trabajar más de la cuenta si luego los voy a tener que aprobar y si encima nadie me ha dicho nada y ni siquiera se van a enterar.

Me he dado cuenta de que los exámenes no son lo más importantes y si os fijáis a la fecha en la que estamos y que los alumnos todavía no saben cuándo tienen el primer examen… ya os podéis imaginar el nivel, el interés y la necesidad de hacer un examen difícil y con buenos resultados. Hoy ya los he impreso y mañana les ponen no sé qué sello, pues ale, una cosa menos.

Ganchillo:

Con los exámenes y el ruso no he tenido tiempo estos días de hacer nada pero Lili y yo hemos acordado que el primer encargo va a ser un gorro lila para mi poncho verde. Dice que tengo que empezar por regalarme algo a mí misma, para motivarme y que luego llegarán los regalos, así que vuestros abrigos y colchas de cama tendrán que esperar J.

Poco a poco voy teniendo muchas cosas que hacer y la verdad es que no sé de dónde voy a sacar tiempo para hacerlo todo. Ahora por las mañanas tengo ruso con una profesora y con otra los medios días. Por la tarde entre papeles, Internet e ir al cine de Vicente o quedar con alguien un rato, ya casi no me queda tiempo ni para preparar las clases del día siguiente. Hay alumnas muy majas que quieren hacer cosas conmigo y yo lo agradezco. Aquí la idea de profesora-maestra desaparece y sobre todo teniendo en cuenta que español aquí es algo como para nosotros “ética o religión”. El sábado pasado una alumna (tenéis fotos en la entrada en el blog de ayer) me invitó a mí, a otra profesora de inglés y tres alumnas más mías a comer en su casa. Su madre nos estaba esperando con el plato de Plov (paella nuestra) en la mesa. Esta chica al principio del curso fue la que me propuso de vivir con ella y su madre en lugar de la residencia. Yo, con mi idea de profesora europea, dije que no y parece que con la excusa de que iba a tener visitas familiares el tema quedó zanjado. En la comida salió el tema otra vez pero muy amablemente les dije que no. Aun así, les haré alguna visita porque se han portado muy bien. Estuvimos toda la tarde comiendo, viendo fotografías y hablando sobre mí, sobre la otra profesora que se ha dejado el trabajo por mi jefa y de las diferencias culturales entre los dos países. La verdad es que estuvo muy bien.

Hay una alumna (está en una de las fotos del principio en la que salen tres chicas, ella es la del medio) a la que estoy intentando que llegue al nivel de su clase que también me ha ayudado alguna que otra vez y siempre que me ve con cara de cansada o nerviosa por algo (casi siempre me ve por los pasillos con alguna clase a las espaldas buscando un aula para dar clase porque siempre me las quitan o me las cierran) me dice que sonría que yo siempre estoy sonriendo, y es verdad, las primeras semanas me lo decía a mí misma en voz alta y ahora ya tengo a gente que empieza a conocerme y que me lo recuerda: no se me puede olvidar sonreír.

Así que poco a poco tengo a gente para hacer cosas. Mi amiga rusa Alona, a la que le regalé la semana pasada Amelia por su cumpleaños y no caí en que en ruso estará tan mal doblado como las pelis en la tele que ni la voz tiene entonación ni va acorde con el momento de la imagen, ahora está muy ocupada, pero su madre se sigue encargando de ponerme como una vaca, estas chicas de las que he hablado antes quieren que el viernes vayamos juntas al cine y un amigo kazajo que conocí un día en el ciber y que ha resultado trabajar en una empresa que tiene que ir ahora a Alicante a registrar el producto que están comercializando me llama muchas veces para tomar algo y practicar él el inglés y yo conocer cosas de la ciudad y la cultura kazaja. Su abogado tiene que ir a a la OAMI y a la Oficina de Munich. Lo que son las cosas, quién lo habría dicho.

Por la calle ya me voy encontrando a gente que conozco, estudiantes, gente que va al ciber, amigos de Kanat, el compañero de piso de Vicente, etc. Recibo muchos mensajes y llamadas durante el día que me hacen sentir más o menos como en casa :)

Visitas:

Este martes vino a Shymkent el lector de Astana, Nacho. Lo recogí en la estación de trenes (me apañé para buscar un bus que llegara allí) y todo salió muy bien porque como el viaje de Almaty a Shymkent es tan largo, se hizo amigo de su compañero de cabina en el tren y a las 12.30 ya había quedado con él otra vez para comer, así que volvimos al centro desayunamos y mientras yo estaba dando mis clases él se dio una vuelta por la ciudad. Fue curioso entrar en el bar Instanbul Café, donde tienen Wifi, cerca de mi casa, y tener que despertar a todos los camareros del bar, porque estaban todos durmiendo repartidos en diferentes mesas…nos ha quedado la duda de si pasan allí la noche o es que llegan antes de hora al trabajo.

Después de las clases fuimos a comer con Jenis, su nuevo amigo, y con un compañero de él del trabajo. Comimos shashlik, como costillas a la brasa. Después nos dejaron en el museo sobre la represión kazaja y quedamos en que nos llamaban para ir a recoger la mochila de Nacho a mi residencia. Después del museo mi amigo kazajo llamó y nos llevó al bazar a que Nacho se comprara unas botas y yo mi tan buscada cazuela. Nos enseñó la ciudad en coche y luego comimos unas tartas con helado en una de las cafeterías más de moda. Quiero resaltar algo curioso que ocurrió: Nacho quería pedir tres bolas de helado y en la cámara de los helados, donde había dos filas de sabores, le dijeron que los sabores de la fila de abajo no se podían pedir…esto como el cepillo de dientes de mi comandant. Que cada uno lo entienda como quiera. Cuando estábamos terminando, más empachados que satisfechos porque Kazajstán, si no os lo he dicho antes os lo digo ahora, no es un país que pueda presumir de repostería, Jenis llamó para decir que nos recogían y que nos llevaban a comer Beschbarmak, la comida más nacional que tienen. Veréis una foto pero para que os hagáis una idea: su nombre significa “cinco dedos” y hace referencia a la manera de comérsela, con la mano, y consiste en carne de caballo con una pasta en forma de hoja, como si fuera de canelones, debajo como acompañamiento. También probamos el “kumis” (que alguien me corrija si me equivoco…), que es leche de yegua y la verdad es que me la esperaba peor. No me acabe el tarro que vais a ver en la foto pero sí que conseguí beberme la mitad porque dicen que va bien para todo y seguro que ya me ha quitado algún que otro grano y que viviré unos cuantos años más :).

La verdad es que los dos eran muy majos, incluso uno de ellos me ha dicho que su mujer, profesora de inglés, se pondrá en contacto conmigo para conocerme. La ciudad así da gusto conocerla, así como la cultura y sus gentes. Te cambia completamente la perspectiva de todo. Con Nacho me reí muchísimo, hacía un mes que no me reía tanto. Es cierto que aquí estoy muy bien y que no me puedo quejar de nada (quitando los sin sentidos que a veces os cuento) pero la verdad es que con alguien que habla tu propio idioma parece que no pero las cosas se viven de distinta forma, con otro humor, otro tipo de comunicación. Nacho, si me lees, muchas gracias J y no olvides nuestra primera lección de kazajo: abarandandengue balambambú!!!!

Mañana os cuento detalles más peculiares del país, de la gente, de la cultura, que no tienen desperdicio.

Espero que estéis todos bien y que os estéis cuidando. Mil besos a todos y todas.

Ruth.

P.D: Hay mensajes de los que son gratis para vosotros que me llegan a medias, otros sin problemas… no sé qué pasa…Evitad acentos, mayúsculas y llenaos de paciencia :)

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