lunes, 20 de octubre de 2008

YA ESTOY AQUIIIIIIIIIIIIII

¡Bueno, bueno, bueno!

¡¡¡Ya estoy aquiiiiiiiiií!!! ¿Quién decía que al final no me iba ehhh? Pues aquí estoy, ya a lunes y con las primeras clases de español SUPERADAS. Para los que todavía anden rezagados con el blog y quieran empezar con esta entrada: salí de Alicante el jueves 16 de octubre al mediodía hacia Madrid y de ahí hacia Almaty (antigua capital de Kazajstán a 800 kms. de Shymkent) con escala en Praga y de Almaty a Shymkent en tren toooooda una noche.

La última semana en Elche fue un poco extraña porque lo tenía todo casi hecho pero a última hora faltaba comprar y hacer la maleta, solucionar unos problemas al intentar comprar un vuelo nacional desde Almaty a Shymkent con “Air Astana”, comprobar que la Master Card que me hice iba a funcionar aquí y convivir con la sensación de que no hay nada que organizar porque te das cuentas de que se te ha vuelto a echar el tiempo encima y que por mucho que corras las cosas no van a salir mejor, así que aún conseguí sacar tiempo para hacer un par de despedidas de la gente más cercana, sobre todo geográficamente, y asumí con bastante normalidad (lo que significa “casi sin llorar”) que me iba. Siempre me suele pasar, que cuando estoy a punto de irme el cerebro se vuelve frío y como sabe que no puede evitar lo que va a pasar se intenta adaptar de una forma extraordinaria. Han sido tantas las despedidas que cuando llegó la última creo que todos tenían más ganas que yo desapareciera de Elche, de las calles, de los bares…  asó que salió todo muy natural y como una quedada más en nuestra tan querida Artería.

JUEVES 16/10/08
En Alicante salió todo bien, teniendo en cuenta que pagué 25 euros por exceso de equipaje y que iba muy justa de tiempo porque al llegar a Madrid tenía que cambiar de vuelo y volver a facturar en menos de una hora. Para los pesimistas: me dio tiempo a todo, incluso a pagar 140 euros por los mismos kilos que tenía de más en Alicante; fue una de las primeras cosas que me hizo darme cuenta de que si cada kilo costaba casi 50 kilos era porque me iba muy pero que muy lejos… La escala en Praga se retrasó y me sirvió para observar con tiempo a las primeras caras kazajas que me encontraba. Aun así llegamos puntuales a Almaty (a las 9 de la mañana del viernes) y antes de que saliera la maleta, mi amiga Ana (la chica de Villena con la misma beca) ya me estaba esperando con un taxi, donde no pude hacer ni fotos porque bastante tuve con agarrarme para no volcar (no saben lo que es un cinturón para los pasajeros).

VIERNES 17/10/08
Lo primero que he visto ya desde el avión ha sido el desierto enorme que rodea la ciudad y supongo que el resto del país. Al aterrizar unas montañas enormes repletitas ya de nieve en las cimas te reciben y te obligan a sacar un “madre mía” digno de escuchar. Durante el día tuvimos suerte y hizo sol, aunque Ana tenía clase casi toda la mañana y la esperé en su despacho casi todo el rato. Entré con ella a una clase y la verdad es que no me pareció difícil: los alumnos aquí en la Universidad son como los alumnos que podía tener en Alemania en el instituto; infantiles, adolescentes, casi niños. Me estuvo contando anécdotas como que ha tenido que dejar dinero a algunos profesores de la uni porque no llegan a fin de mes, algo que me dejó perpleja. Algo que se huele pero que en cuanto vives aquí te involucra y te hace participar para que el sistema sobreviva.

La ciudad me pareció grande, de lo que pude ver, pero está toda en obras, las calles están a medio hacer y tuve que llevar cuatro ojos para no caerme en ningún agujero ni tropezar con ningún alambre. Subimos a un tranvía y al ver mi boca abierta al leer “bitte festhalten (por favor, sujétense bien”, Ana me confirmó que todos son alemanes, algo que me acercó a mis anteriores viajes y de hecho Almaty me recordó a Berlin, con ese color ocre propio del Tiergarten o el gris de los edificios; a veces creí no haberme ido tan lejos. Hubo un alumno que al verme por el pasillo me dijo que él era de Shymkent y que la ciudad era bonita pero que muy peligrosa: le agradecí tanta sinceridad con una cara propia de mí, ya os la podéis imaginar . Ana me pidió un taxi y me fui a las 16.30 para la estación de trenes, donde una mujer del departamento de relaciones internacionales en Almaty, a petición del que se encargaba de mí en Shymkent, me tenía que dar mi billete de tren para Shykment.

SÁBADO 18/10/08
La experiencia de viajar toda una noche (desde las 17.30 hasta las 8.30 de la mañana) va a ser algo para recordar: los baños insufribles, la habitación con tres mujeres, un colchón como una tabla, el hecho de ver el suelo como si no hubiera nada cuando se pasa de vagón a vagón y una sensación de cansancio y nervios difícil de describir. A las 8.30 llegué y mi jefe y otra chica jovencita (supongo que la que me ha escrito los mails en inglés hasta ahora porque mi jefe sólo habla francés) me esperaban en el mismo tren. Después de media hora esperando para intentar sacar el coche porque aquí no saben lo que es meter un coche en un aparcamiento y sacarlo en orden uno detrás de otro, mi jefe ha podido mover el coche, ha encendido la radio y hemos hecho medio recorrido con Juanes y “la camisa negra”. Ya tengo el material hecho para las primeras clases, pensé…

Me dejaron en la habitación y me dejaron hora y media para que me duchara y me relajara antes de ir a la Universidad a hacer papeleo. Yo había dormido toda la noche más o menos de un tirón y no estaba cansada. Me duché y me senté en la cama, tan dura o más como la del tren (creo que el somier también es un invento español..) y empecé a asimilar que ése iba a ser mi sitio, mi vida para los próximos ocho meses. Ahora que ya he visto otras casas, estoy muy contenta con el sitio que me han dado pero cuando llegué y vi que no había ni cocina ni lavandería no pude evitar venirme un poco abajo. Ahora veo que no hay ningún problema y que en un supermercado que es la copia exacta del Media Markt (los mismos colores y publicidad) me podré comprar un hornillo para hacerme mis tortillicas o huevos fritos. Tengo aseo para mí sola, con agua caliente, cosa muy a tener en cuenta, una habitación con dos camas (ni poniéndome todos los colchones consigo tener un colchón decente…querida fisio, cuando llegue no voy a salir de la clínica en un par de meses), un armario y un montón de armarios pequeñitos que me han venido de lujo para tenerlo todo, de momento muy ordenadico. También tengo un comedor, con un sofá, dos sillones, una mesa de comedor bajita, una tele y una nevera enorme. La pena es la cocina, ya lo he dicho, pero como me dijo mi jefe al entrar: “pero tienes una tetera y vasos para hacerte té”. Así funcionan las cosas, amigos. De todas formas, ahora que ya he comido fuera y he visto lo barato que es (por 4 euros comimos un día tres personas) la verdad es que se puede comer fuera todos los días. El único problema lo tengo cuando apriete el frío, que no voy a tener ninguna gana de salir fuera a tomar nada ni creo que la nieva lo permita.

Después de visitar la uni (donde se hace la burocracia porque mi edificio está a 20 minutos a mi paso), justo detrás de mi residencia, y de conocer a los jefazos vino un profesor de inglés que también ayudó a David sus primeros días y me llevó donde doy clase. Conocí a mi jefa, una histérica que no había por donde pillarla, y a las profesoras de inglés, todas muy jóvenes. Algo curioso me pareció el hecho de que cuando conocí a los jefazos de la uni, éstos me preguntaron directamente si tenía alguna pregunta, algún problema… nada más llegar. Empecé a oler a corrupción…

Comí con este profesor, Bek, y con otra profesora de inglés, Gulkhan, después de ver un acto que celebraban por ser el día de la ciudad, en un barecillo donde la dueña, también jefa de una peluquería, no dejó de insistir en kazajo en cambiarme el look para que mi novio se enamorara más de mí y me pidiera matrimonio antes ¡INCREÍBLE! Por la tarde Bek me ha enseñado un cine donde ponen películas en inglés y un par de tiendas para comprar; cuando he visto que tenían Pantene pro-v, siento reconocer que me he sentido como en casa  El color de las cosas y mi estado de ánimo ha ido cambiando conforme han ido pasando las horas. Después fui a Internet, un sitio recomendado por Bek y a la vuelta de la esquina de casa y por la noche Vicente, uno de los norte americanos amigos de David que quedan aquí me recogió para ir a cenar a su casa con otros norteamericanos que viven en otros pueblos. Cenamos comida mejicana y yo estaba cansadísima pero agradecí que nada más llegar tuviera un plan y gente tan agradable. No sé si llegaré a aprender ruso pero el inglés creo que lo voy a mejorar muchísimo, cosa que tampoco me viene mal. Ah! Se me ha olvidado decir que tengo dos profesoras que hablan conmigo en un perfecto alemán y mi jefe me habla en francés… ya os podéis imaginar a la velocidad que va mi cerebro…
A las 12 me acompañaron hasta casa porque por lo visto no es nada seguro ir sola por la noche, incluso siendo hombre, pues a Vicente de vuelta a su casa le paró un policía y lo paró media hora acosándole a preguntas y proponiéndole un chantaje. Yo no habría entendido nada.

DOMINGO 19/10/08
El domingo quedé por la mañana con Bek para ver la ciudad pero sólo me llevó, todo orgulloso eso sí, al centro comercial donde ya había estado con los americanos para comprar la cena. Por lo visto, aquí también dedican el domingo a pasear por el centro comercial, incluso tienen una pequeña pista de patinaje. Hay un cine pero traen sólo americanadas, que bueno, al no ser profundas las podría hasta entender… Luego fuimos a casa de un amigo suyo a por un ordenador y de camino me encontré un gato que estuve a punto de coger para llevármelo a la residencia. Comimos en otro barecillo en el que no entraría si fuera sola o estuviera en España y me enseñó cómo coger una taza de té a lo kazajo. A la tarde quedé con Vicente para que me devolviera la cámara que me había dejado en su casa y vino con un chico mejicano que ha venido a pasar la semana y luego se va a Tailandia antes de volverse ya a Tejas. Nos fuimos a un bazar, enorme y muy bien organizado. Ellos se compraron un gorro y una chaqueta y yo algo de comida que no necesite cocina: tomates, lechuga, fruta, zumo, pan, dulces…mmmm!!!A ver si para cuando venga mi cocinero particular ya tengo el hornillo puesto entre la tele y el sofá  Me enseñaron la estación de buses, vimos desde el bus los barrios de las afueras (casas a lo kazajo pero de cemento) y cenamos en casa de Vicente aprovechando que no tengo cocina.

LUNES 20/10/08
Y hoy lunes ha sido mi primer día de clases. Me han perdonado no sé por qué la primera clase y he empezado a las 9.30. La última clase tampoco la he dado porque he tenido que ir a inmigración con Bek y Olya, la secretaria de mi jefe. En teoría doy 15 horas pero como he llegado tarde me hacen recuperar de aquí a las vacas de diciembre 6 horas más a la semana por las tardes para repasar con ellos y que cojan el nivel suficiente para hacer no sé qué exámenes a final de curso. Trabajo de lunes a sábado pero ya le he dicho a la jefa histérica “Gulnara” que el próximo semestre no quiero trabajar los sábados, y lo mejor es que me ha dicho que lo va a pedir y que seguro que no tengo que trabajar, como si supiera que el sábado yo no debería trabajar…

Las primeras impresiones de trabajar en la uni son extrañas: como ya os he dicho, los alumnos parecen de instituto, aun teniendo 20, 21 años. Las chicas van arregladísimas, pintadas de arriba abajo y los chicos los pobres son feos con ganas. Los pasillos, la entrada de la uni, los despachos están llenos de ESPEJOS y no ha habido despacho en el que haya entrado que no haya habido una pintándose, peinándose o mirándose de refilón en el espejo. La verdad es que las niñas son monísimas pero Ana de Almaty tiene razón diciendo que a partir de 30 años desaparecen y cuando salen a la calle son mujeres completamente desmejoradas físicamente. Los hombres siguen siendo nada estéticos.

La clase que he dado ha salido bastante bien, sólo son 5 chicas y han mostrado bastante interés, también hay que decir, cosa que ya he aprendido, que hay que diferenciar grupos rusos de grupos kazajos, siendo los rusos mucho más trabajadores y eficientes. Mañana tengo que volver a inmigración y no podré dar la primera clase y después tengo que rellenar mil papeles para la programación del curso. Lo bueno de no saber nada de ruso es que desde que llegué no me han dejado sola ni un momento y me acompañan para todo. Aunque aprenda el ruso suficiente como para desenvolverme que sepáis que no lo pienso decir 

Los edificios de la uni dejan muchísimo que desear, pero vamos, como toda la ciudad en general. Las cosas que vi en Almaty se repiten aquí: un centro comercial enorme y carísimo (un chorizo de El Pozo 6 euros..) al lado de edificios sin puertas con escaleras que se caen, sin luz, etc. Para que os hagáis una idea de cómo funciona todo: la calle de Vicente ahora está en obras y la primera vez que pasé yo por ahí me dio tiempo a ver una calle levantada completamente a dos metros del suelo y coches que se habían metido y que no podían salir porque a nadie se le había ocurrido poner una simple señal de “calle cortada”. El domingo todo está abierto menos los coles y las unis, el resto todo abre ahora lo que no es seguro es que los semáforos funcionen. Ayer hubo un accidente gravísimo y parece ser algo que está a la orden del día. Conducen como si estuvieran en la India y los autobuses son de la año catapún: una mujer sale y va gritando las paradas y si se rompe uno de los cristales no hay nada mejor que cinta aislante para sujetarlo. En la uni se ven diferencias que muestras unas diferencias características del país: por el pasillo te cruzas con hombres con traje y corbata que van a un baño que consiste en un agujero en el suelo y una puerta que sólo te cubre hasta la cintura; los escalones son cada uno de una altura, con los que me tropiezo a todas horas pero así en la uni y en la calle que donde menos te lo esperas ponen un escalón… no me lo puedo imaginar cuando nieve.
En cuanto a la comida hasta ahora no me puedo quejar, quitando las cenas con los americanos que han sigo fajitas y bocadillos a lo mejicano, las sopas que he probado han sido muy sabes y decentes. He probado ya el “plov” que es como una paella nuestra pero insípida y sólo con pollo y zanahoria. También es gracioso ver cómo comas lo que comas la gente bebe té con leche, aunque te hayas pedido una hamburguesa con patatas. En el supermercado del centro comercial, sólo asequible para bolsillos extranjeros y algún acomodado (como un Corte Inglés nuestro pero con comida normal, a excepción de las cabezas de cordero al lado de las salchichas y el queso…) encuentras de todo y no tienes que ir pidiéndole a ninguna dependienta que te dé esto o lo otro, algo que ocurre en el resto de supermercado que son como pequeños establecimientos juntos en un mismo local. Es un poco más caro pero ahora a mí me viene bien para pasar desapercibida y no usar la lengua si no estoy con fuerzas ni de hacer gestos porque en el bazar, a pesar de que los dos americanos hablan perfectamente tanto ruso como kazajo, nos miraban como extraños y a mí me resultó un poco incómodo sentir que mi cámara y yo estábamos siendo observadas.

El tiempo hasta ahora se está portando y el sol la verdad es que me despierta los pocos días que llevo, ahora sí: ya me puedo preparar porque viendo la ropa y gorros que se venden en el bazar… no voy a ser capaz de salir sin diez capas de ropa.

Creo que por hoy ya está bien. Lo he escrito en casa y ahora lo subiré a Internet. Aquí os dejo mi teléfono kazajo por si algún día me echáis tanto de menos que no resistís la tentación y no os importa gastaros el dinero de un paquete de tabaco en un minuto para hablar con la Ruth Trotamundos.

TELEFONO:
+7 777 5858540 Lo que no sé es si necesitáis escribir algo más. El prefijo de Kazajstán es el 8, que creo que tenéis que sustituir al primer 7 que aparece.

La dire aún tengo que preguntar, porque no sé si aquí en la resi puedo recibir algo. Ya os digo algo durante las próximas semanas.

Por cierto! Me voy a pasar este finde a casa de una profesora de inglés kazaja que no sé si por voluntad propia o por órdenes de la Histérica Gulnara me ha invitado a pasar el finde porque atención a las palabras de mi jefa: “qué alegre tienes que estar que tenemos dos días libres esta semana por la fiesta de la República: el sábado y el domingo” Guauuuu!!!! Así que ya os contaré cómo va mi estómago y la sensación de vivir ya el segundo fin de semana con gente autóctona.

Para los que se han llegado a preocupar por mí, no lo hagáis: estoy muy bien. La verdad es que hoy estoy cansada, creo que es por la maldita cama (hoy pruebo con el sofá) pero desde que he llegado no me han dejado sola, me han acompañado a casa las veces que he salido y la casa está muy bien (hasta de lujo me han dicho los americanos). De momento me quedo aquí y poco a poco. Os echo mucho de menos pero tengo ganas de estar bien aquí, empezar con las clases de ruso y con el ritmo normal de vida. Así que de momento no me arrepiento de haber venido, sé que va a ser una experiencia increíble y quiero vivirla al máximo para compartirla con vosotros dentro de unos mesecillos.

Si todo va bien, en Navidades me voy a Uzbekistán con Ana, el lector de Polonia y Benya. No tengo ni idea de cuándo son las vacas, aquí esto va así pero Ana se encarga de organizarlo todo desde Almaty.
Os quiero mucho y un besazo grande grande, como siempre, que no estoy tan lejos. Cuando en cuestión de horas te encuentras en países tan lejanos, te das cuenta de que el mundo es muy pequeño, alcanzable lo mires por donde lo mires.

Ruth.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno,pues vamos a hacer un comentario para ver que despues todos os animaís a entrar al blog y hacer mas fácil la estancia de la española por el mundo medio asiatico: Da la impresión que los primeros miedos, dudas, incertidumbres están superados y con creces y que de lo dar clases es jauja para tu buen saber y estar. Lo de la cocina en la casa supongo que ya está tan bien solucionado y lo del "catre" será cuestión de adquirir un buen colchón de lana de las llamas del desierto kazajo. Parece deducirse que has topado con buena gente a tu alrededor y que el alumnado promete interes por el idioma con todo yo deduzco que el tiempo te va a pasar demasiado deprisa y sobre todo si trabajas "sábados y domingos" (mas deprisa les enseñaras tu correcto y perfecto castellano). Una duda que a mi me surge es lo de los medios de transporte para salvere las distancias de ese pais y asi ir conociendolo poco a poco, ya lo dirás la próxima vez.BUENO COMO INICIO DE BLOG Y PARA QUE TU TAMBIEN TE ENTREGAS LEYENDO AHÍ VA LA PRIMERA EPISTOLA!!

Anónimo dijo...

DEL COMENTARIO ANTERIOR HECHO CAMBIA "ENTREGAS leyendo POR ENTRETENGAS leyendo"

Anónimo dijo...

Hola neni!! soy Ana (o como a ti te gusta llamarme Camper) Aquí ya se te echa mucho de menos, sobretodo yo ehh... Me alegro mucho de que al menos ha sido llegar y ya tienes a gente con la que quedar, ahora ya estoy más tranquila. Oye con respecto a lo de los tomates, no sabes qeu hay que tocarlos un poco para que no te los den muy maduros y que no estén pochos? jajaj a ver si me va a tocar ir para ya y tener que darte clases "camperiles"!