sábado, 11 de marzo de 2017

RENOVAR O MORIR

Recuerdo todavía como si fuera ayer el día que conocí a Belén, la anterior lectora en mi universidad. Ella llegó a Accra dos semanas después que yo. Hizo los tres años de beca posibles, pero este año volvía con un contrato de la Universidad como profesora.

Nada más conocernos fuimos a comer juntas con Yuri, el profesor de ruso. Hablamos de muchísimas cosas sin parar, apenas sin comer ni tiempo. Cuando salíamos del restaurante, ella pronunció las palabras que nunca olvidaré: “bueno, cuando lleves unos años ya lo tendrás todo controlado”. ¿Unos años? ¿Cuántos? Pero si mi contrato es de un año y yo acabo de llegar hace unas semanas… “Mi contrato es de un año, ¿no? Acabo de llegar y todavía no sé si voy a renovar…”. Sus palabras fueron como un golpe para mí en el estómago. Desde que llegué, cada día estaba siendo toda una aventura, con mucha intensidad y aun estando allí sólo unas semanas, mi sensación era que llevaba allí meses. Esas palabras de mi amiga que simplemente tenían la intención de calmarme, me quedaron muy grandes.

Recuerdo cuando todavía como si fuera ayer el día que fui a preguntar qué pasaba con mi permiso de trabajo con la coordinadora del departamento. De camino al edificio donde se encuentra inmigración, fuimos charlando y conociéndonos un poco más, porque con las clases y las reuniones no habíamos tenido para hablar en privado. Juraría que fue a finales de octubre, principios de noviembre.

-Si el año que viene renuevo, intentaré estar más encima de los de inmigración –dije yo inocente.
-Como que si renuevas el año que viene ¿no vas a renovar? –preguntó Maimouna con voz de asombre.
-Bueno.. es que sólo llevo un mes, es muy pronto todavía para saberlo –contesté yo con la cabeza cabizbaja.
-Como no vas a renovar, pues claro que renovarás. Las dos hemos empezado a la misma vez. Somos nuevas en esto así que estamos juntas en esto.

No supe qué contestar pero fue la primera vez, lo recuerdo perfectamente, que me sentía en casa con alguien superior a mí en el trabajo. La sensación de familia y cercanía fue muy bonita. Pero era pronto; era muy pronto para saber nada sobre mi futuro. ¿Cómo iba a ser ya si quería renovar si aún no tenía ni mi permiso de trabajo para ese año?

Durante los primeros meses lo hablé mucho con mi amigo y colega Joaquín, de España. Tenía curiosidad por saber cuándo o si llegaría el día en el que iba a sentir que no me quería ir y debía renovar pasara lo que pasara.

No recuerdo el día pero sé que fue a principios de noviembre, cuando de repente un día, caminando por la calle, sentí que pertenecía a este sitio, que era una más. De repente el tiempo dejó de importar y la necesidad de saber si tenía que quedarme o no se había desvanecido. Ya lo sabía. Recuerdo que tan pronto cómo lo supe avisé a mi madre, para mí era una gran noticia, aunque no lo fue tanto para ella. Me quedaría. No lo podía tener más claro.

En febrero, recordé que el plazo para renovar la beca estaba al caer, si es que no se me había pasado. Confiaba en recibir un correo por parte de AECID, pero los nervios me pudieron y pregunté a una amiga, también lectora ahora en Guinea Ecuatorial. Le pedí que me avisara en cuanto ella recibiera cualquier información. En ese momento, pensé: “si se me ha pasado el plazo, me muero. No me puedo ir en dos meses de aquí. No puedo”. Alguien me dijo: “si se te ha pasado el plazo, te puedes quedar dando clases privadas”. No lo había pensado. Si se me pasaba el plazo, encontraría la forma.
Esta semana se ha abierto la convocatoria para renovar otro año más. Apurando hasta el último día por cuestiones de trabajo, envié toda la documentación necesaria el jueves por la noche. Apuré tanto que hasta AECID me envió un correo avisando de que el plazo estaba a punto de terminar. Yo y mi manía de apurar al máximo. Sabía que iba a llegar a tiempo.


El universo tiene un plan para nosotros. No importa lo que hagamos. Nos asombraríamos de ver que aun quedándonos quietos, las cosas que no tienen que pasar y todo lo que tenemos que vivir pasan más tarde o temprano. El universo está en continuo movimiento.


No hay comentarios: