Poco a poco me
voy acostumbrando a esta realidad.
Recuerdo el
primer día cuando llegué, que me parecía imposible de entender la forma que
tienen de recargar el móvil o la dificultad que tenía para saber cómo tenía que
poner el prefijo de un número de teléfono para llamar.
Poco a poco me
voy acostumbrando a esto. Es cierto que he conseguido escuchar el aviso que me
da el cerebro cuando está absorbiendo demasiada novedad. Como bromeo con la
otra profesora: un objetivo por día y me doy por satisfecha.
La verdad es que
a veces siento que llevo aquí toda la vida, otra que no tengo aún la suficiente
seguridad para ir sola a algún sitio al que no sé cómo llegar. Otras
simplemente espero a que todo llega, porque al final de una forma o de otra,
todo llega, se soluciona y se asimila.
No hay comentarios:
Publicar un comentario