jueves, 22 de enero de 2009

Visitas de turismo en Kazajstán. Ojo, ojo y ojo!!

He querido hacer una entrada aparte sobre este tema para que las personas que estén leyendo esto y piensen venir al país o tener visita presten atención para que no les ocurra lo mismo.


Es muy fácil: si pensáis venir a Kazajstán, sea por el motivo que sea, o vais a recibir visita, sea por el tiempo que sea, o bien tú o bien la persona que viene tenéis que estar registrados en una Oficina de Inmigración del país. Es decir: para venir a Kazajstán, se necesita tener una visa (que se consigue después de mucho tiempo y sufrimiento en la Embajada del país en Madrid) y un papel de inmigración que se da nada más llegar al aeropuerto de destino. Una vez aterrizados, se pone un sello de llegada en dicho papel en el que aparece una fecha y es a partir de esa fecha cuando tenemos sólo 5 DÍAS para ir a una Oficina de Inmigración y obtener el segundo sello con la fecha de salida del país, da igual que vayas a estar esos cinco días o incluso seis. Necesitamos el sello. En el papel lo pone en ruso y en inglés bien clarito pero yo hasta que no me pasó esto que os cuento a continuación ni lo había leído:


Una vez explicado esto, paso a relataros lo que nos ocurrió a Benya y a mí, pues yo sí que me había registrado en la Oficina nada más llegar en octubre pero él no se registró en ningún sitio. Pensé que era como una especie de empadronamiento y que mi caso sería distinto al suyo, ya que él sólo venía de turista para poco más de un mes.


Un sábado al mediodía fuimos Benya y yo a Correos y de vuelta al centro entramos al mismo supermercado en el que yo había estado antes de ir a Almaty con Lili, Valerie y Gulnara, la jefa. Cuando estaba comprando las últimas postales de Navidad, un policía le pide el pasaporte a Benya. Nosotros, que pensábamos que lo tenía todo en regla, le dimos el pasaporte tranquilamente y yo al mismo tiempo le enseñé el mío y mi documento del trabajo y le intenté explicar con mi poco ruso que yo vivía y trabajaba aquí y que él, mi marido (aquí lo de pareja sin casarse no se entiende mucho..) había venido de visita. Le pidieron la hoja de inmigración y nosotros, que pensábamos que también estaba todo en orden, se la dimos sin más preocupación. Teníais que haber visto los símbolos de dólar que aparecieron en los ojos del policía cuando nos explicaba que nos faltaba un sello para que Benya constara como registrado en el país. Hicimos como que no sabíamos inglés para justificar el que no hubiéramos leído lo que ponía en el papel pero el policía a continuación dijo: éta Problem (esto es un problema), nos sacó de la tienda y nos metió en un coche de Policía. Dentro había dos polis más y entre risas y cachondeo empezaron a preguntar que de dónde éramos. Benya quiso estar de buen rollo con ellos y empezaron a preguntarle por los equipos de fútbol. La verdad, es que yo pensé que nos llevaban a que le pusieran el sello y terminar con el lío pero cuando empezaron a decir que lo iban a deportar me asusté un poco. Mira que pensé que no podía ser cierto cuando mientras hablaban de algo tan serio se ponían a reírse y a hablar de las cosas típicas de España pero en una situación así no te imaginas nada… De lo que se estaban riendo yo creo era de lo bien que les había salido la jugada pues se lo habíamos puesto a huevo.


Nos llevaron a una comisaría que resultó estar pegada a mi residencia, más concretamente a una de las paredes de mi habitación. Me asusté un poco porque pensé que ya sabían dónde vivía yo o que nos habían tenido vigilados, pero no. Nos metieron en un cuarto y no hacían más que repetir que había que pagar una multa si no queríamos que lo deportaran. Yo caí en llamar a Pedro, que trabaja en la Oficina Comercial en Almaty y él me pasó con el teléfono de emergencia de la Embajada en Astaná, que ya lo tenía pero yo ni había caído en llamar. Hablé con el cónsul pero él, que no sabía ruso, no me pudo ayudar mucho. Me localizó a Natalia, una chica que trabaja allí y que ya me había ayudado con otras cosas antes y entre ella y Pedro, que hablaron con el policía en ruso, pudimos bajar la multa a 40.000 tengues (lo mismo en ptas), de los 50.000 que nos querían soplar al principio. Nos hicieron ir al banco y sacar el dinero y pagar dentro del coche, por supuesto, porque no querían que nadie se enterara de lo que estaba pasando. Sabíamos que era un robo en toda regla y que sí, teníamos que pagar una multa (Straf) oficial por no tener el sello, lo ponía en el papel del aeropuerto, pero en la Oficina de Inmigración, no a ellos. Ellos habían tenido la suerte de encontrarnos y de que nos faltara alguna cosa y se aprovecharon.


No caímos en llamar a algún amigo autóctono (Kanat, mi amigo Kairat o Max, el hijo de mi profe de ruso que se había hecho muy amigo de Benya y que luego veréis en las fotos) porque habrían venido y la multa habría sido de unos 3000 o 5000 tengues a lo sumo, lo que se le paga a la Policía habitualmente para que te deje en paz, pero no semejante cantidad de dinero.


Al ser sábado no podíamos ir a la Oficina a solucionarlo todo porque estaba cerrada y nos tuvimos que esperar hasta el lunes. Los polis nos dijeron que hasta ell lunes mejor que no saliera de casa, claro, si otro poli se le ocurría preguntar podía volvernos a estafar con el mismo chantaje, así que pasamos el finde recluidos y de mala leche, por tener la sensación de haber experimentado la corrupción en nuestras propias carnes. Dicen que el sur es la zona más corrupta de Kazajstán, y sobre todo Shymkent. Los policías están sedientos de dinero y aprovechan cualquier oportunidad para sacarle el dinero a la gente y no sólo a los turistas, ya que no somos muchos. Nosotros éramos turistas y llamábamos la atención, sólo que encima se lo pusimos fácil. De todas formas, todo lo que se pueda solucionar con dinero no es tan grave, lo que no queríamos era que lo detuvieran o lo encerraran en algún sitio hasta el lunes que pudiera hacer los papeles o tener algún otro problema. Fue curioso cómo lo hicieron porque yo creo que nos siguieron hasta el supermercado, ya que estaban fuera con el coche esperando. Después en la Comisaria, nos separaron a Benya y a mí, para crear más tensión, y lo del dinero me lo dijeron a mí sola, porque pensaron que yo iba a estar más decidida a pagar lo que fuera con tal de que no lo deportaran. Supimos que era un robo desde el primer momento pero al decirnos la gente de la Embajada que teníamos que pagar, pensamos que las cosas se podían poner serias si no lo hacíamos. Cogimos el número de matrícula y les pedimos algún tipo de documentación y pensamos que nos habían escrito el nombre y teléfono de uno de ellos pero cuando llegamos a la Oficina de Inmigración descubrimos que nos habían escrito el nombre y teléfono del encargado de poner el sello en la Oficina de Inmigración y entendimos por qué al preguntarles varias veces por un número de placa de Policía nos echaron del coche a voces y de mala manera…


El lunes fuimos a la Oficina de Inmigración con Max, el cual estaba indignado por la cantidad de dinero que nos habían sacado, ya que aquí eso es como tres sueldos mensuales, por no decir más. Una vez en la Oficina, Max habló con el encargado del tema y nos pidieron 5000 tengues, que aunque lo hicieron como algo por debajo de la mesa, supuestamente había una multa oficial que era la que entendíamos que teníamos que pagar y no entendíamos porque lo hacían como algo ilegal. A lo mejor la multa oficial era mucho más dinero…Al final resultó que Max se hizo amigo del Poli y no nos cobraron nada pero nos hicieron ir a otra Oficina a que nos hicieran una entrevista. Nos repetían una y otra vez que era algo muy simple, mera burocracia, pero no nos dejaron de sorprender hasta el último momento. Desde preguntas de si era algo típico que alguien llevara barba en España, a si Benya era militar, el Real Madrid un equipo de fútbol a cuántos alumnos tenía yo en mis clases y si se me notaba el acento en español cuando hablaba en inglés… SIN COMENTARIOS. Recorrimos el edificio con una seriedad, burocracia típica de la antigua URSS para luego sentarnos delante de tres mequetrefes que no habían visto un pasaporte extranjero en su vida y escuchar semejantes tonterías.


Una vez tuvimos todo en regla no volvió a pasar nada pero ya no andábamos seguros. Benya, que hasta ese momento, había ido solo por la ciudad haciendo fotos, entrando y saliendo a sitios y completamente tranquilo con su pasaporte y visado, y yo, que hasta ahora no había tenido ningún problema de este tipo, decidimos estar por la calle hasta que se hacía de noche y ya de vuelta a casa porque sabíamos que la Policía aquí siempre tiene las de ganar y se podían inventar cualquier cosa con tal de sacarnos dinero y sobre todo de crearnos problemas y pérdidas de tiempo. Después de esto perdimos un poco las ganas de viajar a ningún sitio porque todo aquí lo hacen demasiado complicado y preferimos estar tranquilos y esperar para disfrutar del país para cuando se den cuenta de que se puede venir a Kazajstán como turista para ver el país y disfrutar de él. En ese aspecto les queda mucho por aprender y no ser tan desconfiados.


Nos comentaron, a raíz de esto, que al estar en el sur, hay más problemas de este tipo porque por lo que parece y al estar tan cerca de países como Uzbekistán o Afganistán, hay una red de terroristas asentada por esta zona y signos como una simple barba, el llevar los pantalones demasiados cortos o el hecho de que ser extranjero son razones suficientes para dar por saco y pensar que eres afgano y quieres poner un par de bombas.


Aquí os dejo un dibujo que hizo Benya de ese día, porque ante todo, lo que hemos intentado es que ni cosas así nos hayan quitado la sonrisa que traíamos de poder estar juntos y las ganas de estar felices y disfrutar de la experiencia. Espero que el autor me perdone por publicarlo pero pensé que no tenía desperdicio.






Si alguien sabe como puedo poner la foto en horizontal...que me lo diga!!

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