miércoles, 12 de noviembre de 2008

SEGUNDO FINDE KAZAJO, CORRUPCION, VISITAS Y ADAPTACION

¡¡Hola a todos otra vez!!

Aquí estoy de nuevo, dispuesta a poneros al día por lo menos en estas dos últimas semanas. Intentaré no dejarme nada en el tintero y si se me escapa algo, seguro que para la próxima vez me acuerdo y os lo cuento. Hoy empieza ya mi cuarta semana en Shymkent, este sábado próximo va a hacer un mes que llegué y quitando la primera semana, que me pareció como un año, el resto de días se han pasado volando. Antes de que se me olvide: en el anterior comentario tenéis que disculparme por haberme copiado de mis alumnos cuando me dicen “yo soy España” o “yo soy Kazajstan”. Os puse al final de todo “tierra kazajstana” y me tenéis que volver a suspender, pues es “kazaja”. Todo lo malo se pega chicos, ya se me podría pegar un poco de ruso o de hermosura.


Desde este sábado han bajado mucho las temperaturas. Por la noche empezó a nevar y aquí a servidora le pilló en la calle. Hoy los mocos y pañuelos son la muestra de ello. El domingo había nieve en las plantas y el termómetro de una de las calles principales marcaba 4ºC. La verdad es que en cuanto empiezas a caminar no se nota pero ya sale humo de la boca, hoy he estrenado los guantes de conejo de mi Silvie (el paraguas de Sergio y Víctor Francés ya hace unos días que anda funcionando…) y hoy ha sido el primer día que no me han molestado los leotardos debajo de los vaqueros. En casa se está peor que fuera, pero me sigo liando la manta a la cintura (que no a la cabeza) pareciendo la madre de Doraemón, sobre todo cuando me pongo a cocinar con el hornillo en el suelo… Sé que no debo beber mucho té pero la máquina para calentar el agua va a todo gas y después de cenar en el sofá no hay otra cosa que venga mejor que una taza de té en un “piala” uno de los vasos típicos. Ahora mismo estaban anunciando los grados para mañana en Shymkent: +3 +5 /-5 -6 graditos. ¡¡¡Vamos!!! No me extraña que al mismo tiempo que anuncian el tiempo anuncien diferentes tipos y marcas de té… Por cierto, Ana, la chica que está en Almaty, me dijo que en muchas ocasiones el tiempo en la televisión no es muy de fiar porque lo que hacen por ejemplo con Astaná (capital) es decir que hace más grados para que la gente vaya a visitarla. Astaná está tan arriba en el mapa que no me quiero imaginar cómo se tiene que quedar la nariz cuando te quieras poner a respirar.


Ahora mismo me acabo de terminar todas las pastas de la marca “reglero” que llevaban chocolate, y es que el sábado llegaron a Shymkent un chico de España que llegó a Almaty dos días antes que yo con una beca del ICEX y una chica polaca que ha estado aquí va a hacer ahora tres meses para hacer su tesis sobre la “desertización de la cultura kazaja” y que en nada ya tiene que volver a Krakowitza. Las pastas, a pesar de ser españolas, las compraron en El Corte Inglés que digo yo y desde aquí, si lee esto por lo menos Raúl, os doy mis felicitaciones. El sábado, al terminar mis clases, abrí la puerta del despacho de mi departamento, cogí el abrigo y dije adiós tan bajito que nadie se dio cuenta de que había entrado. Para mí daba por terminada mi jornada y no quería que me engancharan para hacer cualquier tontería de papel o vete a saber el qué, así que me fui a por los chicos de Almaty y fuimos a comer con Vicente y dos voluntarios más de Peace Corps, uno de ellos el nuevo que va a quedarse en Shymkent dos años. Comimos en el Café Instanbul, muy cerca de mi casa y donde he ido alguna vez porque tienen WIFI y descubrimos que los sábados las mujeres pueden beber toda la cerveza que quieran. Como anécdota deciros que yo me pedí una para que Raúl, el chico español, se la bebiera y la camarera le llamó la atención… Pasamos la tarde en Sairam, si no me equivoco, un pueblo a media hora de Shymkent con varios mausoleos dedicados a mujeres santas. El tiempo empezó a empeorar por momentos y cuando salíamos de uno de los mausoleos y preguntamos en una tienda cómo podíamos llegar al resto de sitios nos encontramos con que un grupo de gente kazaja estaba de excursión en los mismos sitios que nosotros y estaban dispuestos a llevarnos con ellos. Nos montamos en la furgoneta-autobús y la aventura acababa nada más, pues no pensábamos que ellos iban a estar más interesados que nosotros en tenernos como acompañantes de viaje. Desde el primer momento que subimos al autobús y nos atrevimos a sacar las cámaras para hacer fotos, ellos no se quedaron atrás y no dudaron en retratarse desde todos los perfiles posibles con cada uno de nosotros. Primero dentro del bus, luego en cada una de las puertas de los sitios a los que fuimos. Esperamos fuera mientras ellos rezaban en una mezquita pequeña, rezamos con ellos arrodillados en la entrada del recinto donde luego nos invitarían a cenar con ellos al más puro estilo tradicional kazajo: las mujeres prepararon la mesa (en el suelo) con manteles y mantas, mientras los hombres se colocan una especia de pañuelo-servilleta para luego limpiarse en la cena; iban pasando los platos, las tazas para el té y luego comimos todos juntos, en el suelo, los hombres con las manos, a nosotros nos ofrecieron una cuchara que acepté con mucho gusto. La comida estaba rica, había un guiso de patatas con carne de oveja en caldo, pan de muchas clases y dulces también de todas los tipos. Es típico ponerlo todo en la mesa, es decir, tanto el plato principal como los postres, así que ya me estáis viendo elegir qué pasta con chocolate me iba a comer al mismo tiempo que engullía unas patatitas con carne. En los postres Agnes y yo decidimos sacar la cámara y hacer fotos, yo no podía evitarlo y la verdad es que a ellos no les molestó nada. Hubo una chica joven que se me acercó y me dijo en inglés que no le sacara fotos, cosa que no estaba haciendo pero pedí disculpas y respeté su decisión. Pensé que le había sentado mal pero no sé si fue como un pretexto para hablar inglés, porque en seguida se acercó a nosotros y estuvo un buen rato hablándonos sobre las maravillas de España, Polonia e interesándose por qué estábamos en Kazajstán. Nunca se sabe…


En un principio nos íbamos a quedar a dormir allí, fue lo que nos propusieron en un primer momento, pero luego nos explicaron que iban a rezar durante un largo rato después de la cena y decidimos dejarlos tranquilos e irnos. Irnos a Shymkent, pero cómo… eran las 19 de la tarde, ya de noche y estaba empezando a caer agua nieve. Yo siempre que voy con alguien no me preocupo porque las penas entre varios son menos penas y así fue; Agnes se encargó de pedirle a un hombre que se disponía a entrar en su casa si nos podía acercar hasta la estación central del pueblo por unos tengues. El hombre vio que había negocio y se ofreció a llevarnos a Shymkent por 1000 tengues (1000 ptas). Durante el viaje Agnes fue conversando con él, mientras Raúl y yo nos moríamos de envidia por no poder participar en la conversación. Antes de llegar nos enseñó una bolsa que llevaba llenas de botellas de aceites de diferentes tipos, incluso tenía uno español. En ese momento confirmé lo que hacía tiempo llevaba en mente: si sabes el idioma el país y su gente gana mucho en cuanto a humanidad y calidez. Imaginé una situación igual en España o en Alemania, donde he vivido también, y creo que ni siquiera se podría haber dado. La gente de aquí en cuanto te puedes comunicar con ellos es una gran belleza.


Como iba diciendo íbamos a dormir allí pero al final decidimos regresar. Por la mañana, cuando habíamos ido a mi residencia a dejar las mochilas, preguntamos a mi jefa de residencia (la comandant, se dice aquí) si se podían quedar. Yo ya había preguntado unos días antes y me hicieron ir a hablar con el jefe de la uni de Relaciones Internacionales, nada más y nada menos, donde al principio me dijeron que no, luego al explicar que eran personas que trabajaban en Almaty dijeron que sí, luego que no porque yo qué sé, luego que sí pero pagando y luego al final que no, así que quedamos en dejar las mochilas cuando llegaran e irnos de excursión. La comandant acordó con Agnes que volvería a preguntar a su jefe y cuando volviéramos el guardia nos diría cómo había quedado la cosa. No se me puede olvidar comentar que cuando llegamos por la mañana a dejar las cosas estuvimos esperándola en la entrada para que no fuera a pensar nada raro y al no llegar entramos a dejar las cosas. Cinco minutos después entró ella corriendo con una de las limpiadoras, como si ella pintara mucho, a ver quiénes eran y qué hacían aquí….Cuando volvimos por la noche el guardia nos dijo que sí que se podían quedar, previo pago de 3000 tengues los dos pero que lo que podíamos hacer era pagarle a él 2000 euros y él le diría a la Comandant que no habían venido a dormir, así él se quedaría el dinero y en caso de que ella apareciera por la mañana y los viera pues pagaban los 3000 y como si no hubiera pasado nada. Cuando a la 1:30 de la mañana llama la Comandant a Agnes para saber dónde estaban porque había llamado al guardia y éste le había dicho que no nos había visto… pensamos que esto era el colmo de los colmos. Nosotros le dijimos que el guardia nos había visto y que él fue el que nos dijo que nos podíamos quedar por 3000 tengues. La tía estaba poniendo a prueba a su guardia… SIN COMENTARIOS. Al día siguiente, con sus 3000 tengues en mano, era la mujer más feliz que he podido ver aquí un domingo por la mañana. Agnes me explicó que me tengo que adaptar a este tipo de cosas, que le tendría que comprar chocolate o bombones a la Comandant y que aquí todo funciona así. Me cuesta, la verdad, sobre todo porque hay cosas que podrían ser muy fáciles sin tener que crear tantos dolores de cabeza.


Este fue mi finde pasado. Cuando se fueron, me fui a comprar a mi frutera, que ya me recibe con una mirada de alguien que conoce a quien tiene delante. Me convenció para que comprara un bote enorme de mermelada de moras, me decía que para el frío iba muy bien y yo con el pañuelo en la nariz todo el rato… como para decirle que no. Comí con una profesora de la universidad, la mujer kazaja que está casada con un hombre turco y está aquí mientras su marido tenga trabajo en Shymkent, cosa de marketing con China y no sé qué países más. Con ellos también comí el finde que pasé con la familia kazaja y al tener una buena relación con ella, este domingo me ofrecí a pasar un rato con ella, pues no está pasando por un buen momento y os explico, porque todo está relacionado con la Universidad donde trabajamos, con nuestra jefa, con las cosas que incluso a ella como kazaja le chocan. El sábado decidió que iba a dejar el trabajo y es que ha habido situaciones muy incómodas, mucho estrés sin sentido, el sueldo no llega ni para el transporte, no tenemos tiempo de organizar unas clases como se merecen los estudiantes y la manera que tiene Gulnara de tratarlas deja mucho que desear. Yo, al no entender ni papa, me ahorro todas las reuniones y todos los comentarios. Me estuvo contando que en todas las reuniones las insulta y les dice que el Gobierno no les paga para trabajar como si fueran animales y que no saben hacer nada. El viernes, sin ir más lejos, fue el cumpleaños de Valerie, una de las mamás que tengo en la uni y que sale en la foto cuando Lili me está cosiendo la chaqueta. Yo hice una tortilla, como regalo para Valerie, pero para compartir con todas las compañeras. Cuando llegué a la sala me encontré con que las profesoras rusas estaba en el despacho pequeño de la directora y el resto de profesoras, kazajas, estaban en la sale más grande. Mi tortilla estaba con la del cumpleaños y con las profesoras rusas y en cuanto yo entré que me hicieron sentarme con ellas, Gulnara cerró la puerta y el cumpleaños se dividió en dos grupos. El regalo comprado por todas se lo dio Gulnara pero las kazajas seguían en el otro lado. La verdad es que para mí fue un poco violento y hablándolo con Aigul, esta profesora, vimos que sólo a ella y a mí nos afectó. Las otras profesoras nos han dicho que están acostumbradas, que el sistema es así y que no pueden ni quieren hacer nada. Aigul ayer habló con Gulnara, quería dejarle claro lo que pensaba y quería ver si se podía hacer algo para poder seguir en el trabajo sin que le supusiera tanto estrés mental. Gulnara le ha reconocido que el sistema es difícil, que hay mucho estrés con la burocracia pero que ella sólo es una mandada. Las otras chicas no quieren hablar con Gulnara porque temen perder el trabajo, no olvidemos que para conseguir el trabajo en el que están ahora han tenido que pagar 700 dólares. Digamos que ahora están trabajando para poder recibir su dinero de vuelta. No pueden ponerse en contra de nadie, es lo que dicen.


Aigul hoy estaba mejor, dice que va a dar de margen dos semanas para ver si puede trabajar sin nervios y sin que le afecte lo que Gulnara haga o deje de hacer. Yo ya le he dicho que si decide dejar el trabajo yo quiero clases de ruso y de turco y que seguro que ganaría más que trabajando 10 horas al día en la Universidad, como supuestamente tenemos que trabajar. Ella se ha negado en rotundo a estar sentada en la sala hasta las 18 de la tarde, así como también se negó en su momento a pagar los 700 dólares bajo manga que tenían que pagar; si necesitaban profesores no veía la necesidad de pagar por ello. Con ella la Universidad no ganó dinero; con las otras 10 profesoras sí. Yo lo único que le puedo decir, pues mi situación mental y real no es la misma, es que si quiere o tiene que quedarse en la Universidad trabajando, que intente desconectar y se dedique a hacer su trabajo en las clases, que los papeles son sólo papeles y que la mayoría de las veces ni los miran, sólo quieren ver papel amontonado pero nada más. A ella le pasa como a mí, que es muy responsable y todo lo que hace lo quiere hacer bien, pero poco a poco te das cuenta que lo importante es que tus alumnos aprendan, no por ti, si no por ellos, porque encima luego no te dejan suspenderlos; así que lo mejor que podemos hacer es intentar preparar clases divertidas en las que nosotras también disfrutemos, hacer los papeles poco a poco pero sin llegar a pensar que son más importantes que las propias clases, como piensas todos los que tenemos por arriba de nosotras.


Así que bueno, la verdad es que la semana pasada fue dura por las cosas que pasaron en el trabajo, por lo complicado que lo hacen todo aquí a veces (para lo de la visita de mis amigos estuve dos horas en el despacho de un jefe que ni pinchaba ni cortaba), los papeles que tenía que rellenar de la Universidad (programa y sillabus) y que luego un día después me di cuenta de que tenía los de David y me podía haber copiado literalmente que seguro que habrían estado mejor que los que yo he hecho pero como no me habían dado ni tiempo para mirar todos los papeles que Gulnara me dio el primer día pues ni me percarté; las dificultades que me pusieron para que Benya se quede donde yo estoy viviendo cuando venga de visita, pues aquí si no estás casado y tienes hijos.. tienes los días contados. Me sugirieron buscarme un piso para el mes que estuviera él aquí y la verdad es que no lo descarto, pues donde yo estoy le harían pagar de todas formas y si podemos encontrar un piso decente por el mismo precio sin tener a la Comandant con cuatro ojos, mejor que mejor. Pequeñas cositas en general que si te pillan después de tres reglas en un mes y con el hierro bajo mínimos como me han pillado a mí pues algún que otro día te preguntas que qué haces aquí pero como aquí la menda es más fuerte que nada y con un par de tabletas de chocolate ha conseguido salir del paso, ahora me encuentro muy bien y la verdad es que esta semana ya es como si poco a poco notara que me estoy haciendo mi sitio para poder estar aquí hasta junio lo mejor que se pueda. Tengo ya mi frutera elegida (me he copiado de Vicente), tengo mi restaurante donde puedo comer de caliente y podría contar si quisiera con peluquera, sólo que mi pelo… como las vacas en la India, algo más que sagrado; tengo mi sitio para ir a Internet, donde me saludan ya por mi nombre y me tratan como si estuviera en casa; tengo mi camino para ir al trabajo ya aprendido y piso con pies firmes, sin la inseguridad de los primeros días; tengo ya una amiga rusa y el grupo de chicos americanos ha aumentado a tres, por lo que vamos a ser un grupo majo para salir y viajar cuando tengamos la oportunidad; he empezado con clases de ganchillo y según mi profesora, voy a ser capaz de hacerme un par de bufandas y flores o adornos para ir intercambiando, ahora mismo ya ando por el tercer nivel de un trozo que ya va progresando. Las clases de ruso aún no han llegado; estoy estudiando en casa y en clase aprendo con los alumnos muchas palabras, además que ya me sale natural decirle cositas en ruso o en kazajo y ellos se lo pasan pipa al ver que yo también aprendo con ellos. Importante es haber conseguido diferenciar entre kazajo y ruso, algo que los primeros días pensé que no lo lograría ni en todo el año que voy a estar. La profesora de ruso interesada en darme clases para que yo le dé clases de español a su hija vuelve el sábado de Astaná, así que hasta entonces tengo que funcionar de autodidacta. Poco a poco me voy haciendo hueco para encontrarme a gusto, para pasar desapercibida, para ser una más entre tanta novedad.


Sobre la comida no tengo queja; en casa intento desayunar bien y al mediodía intento comer en el restaurante de mi amiga. Las cenas las hago en mi cocina japonesa y hasta ahora me estoy apañando muy bien. El domingo pasado, que fui al bazar con Vicente y Kanat, compré otro hornillo porque con uno pensé que no era suficiente, pero todavía no lo he utilizado porque no encontré cazuela que me vendieran sin tener que comprar toda la familia de cazuelas de diferentes tamaños que te hacen comprar, así que hasta ahora con la sartén y menos el pescado (“riva” en ruso, casi como “río” en inglés), que lo echo de menos a rabiar y que aquí escasea por doquier y me han dicho que no fíe del poco que se pueda vender, el resto de cosas las cocino sin problemas. La carne la compro en El Corte inglés pues en el resto de tiendas no he conseguido atreverme a comprar y por un poco más de dinero no arriesgo mi estómago. Me resulta gracioso comprar los plátanos, kivis o limones por unidades y a precio de oro y encontrarme en una tienda con que sólo tienen para vender dos plátanos o tres limones o dos kivis, si es que tienen. Del resto de cosas ya os digo que he encontrado de todo, no olvidéis las pastas “Reglero”, la sal “Ibarra” o toda la gama de productos “Pascual” o “Bonduelle”. A lo que todavía me cuesta un poco habituarme es al miedo de encontrarme en algún plato con carne de caballo, cosa que probé la semana pasada en un restaurante para cenar, y al sabor tan fuerte de la carne de oveja. Mira que ha habido veces que no lo he notado el sabor pero en otras, como en las empanadillas típicas aquí llamadas “samsa”, no hay manera…


Se me han quedado cosas pendientes de contar pero prometo sacar tiempo. También os dejo unas cuantas fotos de mi último fin de semana en Sairam, de Halloween en la Universidad, de mis progresos en mi curso de punto y alguna que otra cosilla que he querido resaltar. Mientras tanto os mando mil besos y a todos y mucha tranquilidad, pues la Ruth ya es la de siempre y tiene la nevera otra vez cargada de sonrisas y ganas de disfrutar para desayunar todas las mañanas. Hasta pronto, soletes.


Para el nuevo lector:


-Si vas a recibir visita: la persona que va a venir y quiere estar aquí más de un mes (para un mes sólo necesita hacerse la visa en España) o quiere una visa de más de una entrada y salida (para ir a otro país, por ejemplo) necesita un papel de una agencia de viajes de Kazajstán. Yo te recomiendo ir a la agencia que he ido yo, recomendada ya por Vicente, y donde la chica (Tatiana) habla inglés y a pesar de que el dinero que va a cobrar por lo que te va a hacer es considerable, es una persona bastante maja y comprensible. La agencia se llama “Octavia travel” y está en los bajos del hotel Kama (avenida Tauke Han en dirección hacia el Mega Centre, no hacia la Universidad). La agencia te puede hacer, según me han dicho a mí, una carta de invitación (necesaria para los visados que te he dicho) de 6 meses o de 1 año. La diferencia está en el precio que pagues (19.000 o 26.000 tengues). Con ambas la persona que venga se puede hacer una visa de múltiples entradas y salidas, sólo que creo que para múltiples salidas y entradas sólo es posible de un año. La visa se la puede hacer en Madrid, donde tú te la habrás hecho pero también puede tramitarlo todo, una vez tú le mandes el número de autorización que te vendrá en la carta que te haga la agencia, a través del consulado que hay en Barcelona, mucho más dispuesto a cogerle el teléfono que en la embajada de Madrid. El papel de la agencia tarda una semana y luego lo que tienes que hacer es mandarle por escáner la carta a la persona en cuestión y que ella mande todo lo que le piden (pasaporte original, fotos, formulario rellenado, recibo de haber pagado las tasas, seguro médico y número de autorización que estará escrito en la carta de invitación de la agencia) o bien a la Embajada o bien al Consulado de Barcelona vía mensajero. Desde Madrid es una semana, desde Barcelona son 10 días y lo mismo para recogerlo, con un mensajero de MRW por ejemplo no tendría que haber ningún problema. En cuanto solucione yo todo con mi primera visita que espero tener dentro de poco escribiré si hay novedades.


- Contrato laboral: para empezar a cobrar y para hacerte una tarjeta en un banco de aquí y que no te cobren cada vez que saques con tu visa o Master card española vas a tener que hacer unos papeleos y una serie de coñazos uno detrás de otro que mejor que vayas adelantando trabajo para cobrar el dinero cuanto antes. El dinero no es mucho, yo al no haberme hecho con todos los papeles todavía no sé cuánto cobraré pero cuanto antes termines con los papeles mejor. Uno de los papeles que te piden es una traducción oficial de tu pasaporte. Aquí en Shymkent había un traductor oficial español-ruso llamado Daniel pero yo no lo he conseguido encontrar así que lo que he hecho ha sido ponerme en contacto con la Embajada española en Astana y ellos en cuestión de un día me han traducido una copia escaneada del pasaporte que les he enviado por mail y me la han mandado por correo. Te aconsejo que te escanees tu pasaporte, el visado y un papelito que te harán en inmigración cuando vayas a registrarte en la ciudad los primeros días y añade si quieres una foto carnet al lado y que lo tengas siempre en el USB, pues por ejemplo eso es lo que yo les he mandado a la Embajada para la traducción. El resto de papeles y pasos te los escribo en cuanto los tenga seguros.


-Registro en la Embajada española en Kazajstán: cuando llegues te registrarás en la ciudad pero también tendrás que registrarte en la embajada nuestra en el país, siempre viene bien que sepan que existes y que andas por aquí. Yo llamé a la misma embajada y la chica que me cogió el teléfono (habla en español hasta el contestador y la limpiadora, según me han contado) te dará su mail para que le mandes la copia que te he dicho y una dirección dónde mandarte los papeles que necesitas rellenar para que te registren. Aquí te dejo el teléfono, yo ahora mismo estoy esperando los papeles para rellenarlos y volvérselos a mandar. En principio no tiene más historia:


Teléfonos embajada de España en Astana:

(8-7172) 201535/6/7

Teléfono de emergencia que hay que tener en el móvil por si pasara cualquier cosa:

7 701 7115502

La sede que hay en Almaty no sirve de casi nada, puesto que es creo como la sede comercial.


- En Shymkent hay una iglesia católica. No quiero hablar ahora de inclinaciones religiosas ni mucho menos pero yo por ejemplo he tenido que acudir a ellos para intentar ponerme en contacto con Daniel. A pesar de no haberlo conseguido, los curas españoles que hay allí me dieron varios teléfonos, me dejaron llamar desde allí y sé que si necesitara cualquier cosa ellos me echarían una mano. Tenemos que conocer todos los recursos que tenemos. Tendrías que preguntar para saber dónde está la Iglesia pero sí que te puedo decir que cogiendo Tauke Han hacia la Universidad, pasando unos hotelazos a mano derecha y girando a la derecha en una calle que da como a un mercado no queda lejos, pero mejor que preguntes.


-Teléfono fijo: como supongo que no tendrás teléfono fijo en la residencia y en la uni como que tampoco, te informo de que puedes utilizar el teléfono que Lesbek tiene en el despacho de Departamento de Relaciones Internaciones. Ellos están allí para ayudarte y a mí siempre me han tratado súper bien, incluso ha sido desde allí desde donde envié la copia de las tarjetas de embarque a la AECI para empezar a cobrar el primer mes y los gastos del viaje. Sigo sin encontrar rastros de cabinas por las calles, por eso mismo te lo digo.


Las únicas cosas de las que nos arrepentimos son las que nunca nos hemos atrevido a hacer

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