miércoles, 22 de octubre de 2008

Segundo dia de clases, diarrea casi superada

Hoy ha sido mi segundo día de clases. Ha sido sólo una hora y con un grupo nuevo, por lo que he tenido más que suficiente con presentarme, que se presenten (le cogí prestada una pelota de goma a Vicente el americano pero como son tan poco alumnos no merece la pena hacer ningún juego de los que me gustan a mí…), les he dibujado España, Europa, Kazajstán y Sudamérica para que se hicieran una idea de lo lejos que estaba todo de su país; les he dado la oportunidad de que me preguntaran en inglés cualquier curiosidad sobre mi país, cultura, vida privada, etc. pero como no se han atrevido a mucho no he insistido y nos hemos puesto con el alfabeto, lo que me ha llevado a años atrás, cuando lo estudie en alemán o en árabe… Es interesante aprender ruso cuando tus alumnos aprenden español, los dos con el mismo nivel y las mismas ganas; yo les pregunto más que ellos a mí. Les he dicho que me tienen que enseñar ruso, que hoy estaba contenta porque hacía sol y que les iba a hablar en inglés pero el próximo día todo iba a ser en español.

Ayer no pude ir a la uni porque me puse enferma del estómago, dejémoslo así para decir que creo que perdí un kilo sino más nada más levantarme. Fui a inmigración a registrarme y Bek, el profe de inglés, me acompañó a comprar limones (70 ptas. cada uno… deben de venir de Murcia con MRW…), bicarbonato (se dice “soda” por si al próximo lector le ocurre y lo necesita rápido) y AGUA EMBOTELLADA, cosa que no había hecho antes porque nada más llegar mi jefe me dijo que el agua que salía del grifo en Shymkent venía de las montañas y que era potable pero se le olvidó decir que hay que HERVIRLA antes de ingerirla. Volví a casa, me hice el mejunje y me eché a dormir hasta el mediodía. Como a la tarde había estado en Internet y no me encontraba del todo mal, cené con los americanos en un sitio que todavía no conocía y en una zona nueva, un poco más abajo de la calle central donde está el centro comercial, muy cerca de donde yo vivo. Pedí arroz y tostadas de pan y casi nos cuesta una hora hacerles entender que sólo quería eso. Al final creo que fui yo la que mejor comio porque a uno le trajeron algo que no pidió y a lo que era alérgico, a otro tarde y a otro ni siquiera se lo trajeron. Fue gracioso. Después fuimos a casa de una de las chicas americanas. Me hizo gracia que lo primero que hizo fue cogerme y llevarme a lo que para ella era su rincón favorito de la casa: una habitación que era toda un armario para la ropa, no me viene la palabra ahora a la cabeza… Es la casa más occidentalizada que he visto hasta ahora; tenía de todo: lavadora, aire acondicionado, mil habitaciones, camas normales, cocina, terraza, etc. Sobre las 22 nos fuimos y los chicos, tan amables como siempre, me acompañaron hasta casa y preguntaron al guardia que cuándo me iban a enchufar la calefacción, a lo que dijeron que el 1 de noviembre. Mañana vamos a ver si me pueden traer un colchón que Vicente dice que tiene y no utiliza porque ya me veía yo otra noche más en el sofá en el suelo si hubiera calefacción.

La verdad es que el tiempo que está haciendo es muy bueno, por la mañana el abrigo molesta por el sol y luego a la tarde te lo puedes poner pero con una chaqueta nuestras de entretiempo sería suficiente, aquí como la menda se ha traído todo gordo, pues nada, entre la diarrea, los calores y que no tengo cocina me voy a volver invisible. Ayer, por cierto, me comentaron que los americanos van a un gimnasio; yo voy a darme esta semana para asentarme un poco más y ver si puedo buscarme clases de ruso para poder empezar a desenvolverme; aun así es una alternativa más a pesar de no ser de mi agrado me temo que aquí no se puede desperdiciar nada. La chica americana, Carrie, como ya se va, me ofreció unas pesas pero a eso sí que le dije que no… no me veo yo en la resi sola, en Kazajstán y levantando pesas de 5 kgs. cada una. También sería algo gracioso.

Detalles que voy percibiendo sólo en estos días que llevo aquí:

Noto a la gente que lleva aquí dos años con ganas de volver a sus casas. Sí, han estado bien, a los americanos, por lo que puedo llegar a descifrar, les pagan bien o muy bien, pero una vez pasan los dos años que parece que dura su contrato tienen la necesidad de volver. Algunos habrían preferido vivir en el norte, algo más parecido a EE.UU o incluso a Europa e igual que Rusia porque dicen que aquí en el sur las cosas no están tan desarrolladas y el nivel de vida es más bajo. Yo, por hoy, y si no me pasa nada extraño, no me arrepiento de estar en un sitio diferente de donde vivo, porque para irme tan lejos y encima estar igual que en casa y sin tu gente, mejor no me muevo, pero ya que te vas, te alejas de tu mundo, que te sirva la experiencia para hacer cosas nuevas, para vivir cosas todavía no vividas. Como yo hoy, que he lavado mi primera colada a mano y estoy ansiosa por saber cuánto tarda en secarse sin la ayuda de ningún aparato eléctrico.

De camino a la universidad he observado la forma de vestir de los alumnos, un reflejo de cómo son, de lo que buscan: ellas, como si tuvieran 30 años (Tacones altos, faldas apretadísimas y con corte para una edad adulta siendo el negro el color que predomina), ellos, como si fueran sus padres (trajes de chaqueta antiquísimos, repeinados y con zapatos de boda). Estoy hablando de alumnos entre 15-20 años, no más. Los espejos, la ropa, los zapatos, el no llevar mochila (van todas con sus bolsos de charol negro y hebillas doradas), los trajes, los móviles es un reflejo de la sociedad muy claro.

Por hoy ya está bien, soles. Me queda pendiente la explicación con vídeo de la tradición que yo pensaba haber entendido mal cuando me la contó la chica kazaja que trabajaba conmigo en la OAMi y que sí que existe y se practica que es la de raptar a las chicas llevándoselas a casa y si permanecen en casa del chico toda la noche ya no pueden volver a la suya y se tienen que casar. No cuento más. Os dejo con la incógnita pero yo ayer cuando me la confirmaron y Vicente me dijo que él, desde su balcón, había visto cómo metían a una chica incluso a patadas, me quedé sin habla y pensé que lo teníais que saber. Me alegro de no tener los ojos tan achinados ni de no saber kazajo para que me confundan con una de ellas pero me quedo impotente al saber que algo así todavía se hace y se permite; en un país donde Internet llega, donde la información si se quiere se encuentra.

Mil besos desde una soleada Shymkent.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

hola cariño, soy benya, bueno me quedo muy tranquilo leyendo sobre todo el final, que emplean patadas y violencia para secuestrar a chicas en tu ciudad... que bonito, que tradición mas bonita.
mecagoenlamadrequepario... perdón, me he dejado llevar.
pues como lo intenten van a tener que llevarse a casa a otro con barba de regalo, y entonces si que tendria que sacar los cuchillos de los videos... jeje
espero que todo eso si ocurre, que no lo veas, ni por la ventana.
tu ya sabes, lleva todo el cuidado que puedas, y vive tu experiencia al maximo, pero recuerda siempre que no es europa, por muchos bolsos de charol que llevan las chicas... que no te confunda su propia confusión...
muchos besos ruth
y a ver si se te mejora la barriguilla.
cuidate!

Virtu dijo...

Hola Ruth,

Qué interesante todo lo que nos cuentas y me alegra saber que estas tan bien arropada por tus nuevos amigos, y en cuanto puedas sorpréndeles con una buena paella, para que vean lo bien que nos alimentamos aquí, y de paso recuperas fuerzas.

Ten mucho cuidado con todo y no bajes la alerta, ya ves que tienen unas costumbres incomprensibles para nosotros, así que no te hagas la valiente y no te desplaces tú sola por la ciudad hasta que no estés segura de los lugares.

Ahora te voy a contar algo de aquí: Sabes que teníamos planeado para el domingo un picnic, pues bien, después de estar todos tan ilusionados anunciaron lluvias torrenciales y nuestro Mr. Alain Livingstone se vio obligado a cancelar la excursión. Qué pena, era la ocasión para conocer a la familia de nuestros compañeros, venían los peques de Simon, Patricia, y Alain como es habitual a “tortilla”.

No te olvides de colgarte el bolso en la boca, cuando no tengas mas remedio que entrar en uno de esos WC tan insufribles. Nosotras lo hacíamos en China, y por lo que me cuentas el concepto de higiene allí deja mucho de desear. Seguro que te estas riendo, pero ya me dirás si lo pones en practica.

Un abrazo muy fuerte
Virtu

Aestribor dijo...

Aquí igual niña! No he conseguido un bolso pk todos son de charol negro. Me he comprado hasta unos tacones xD Y bueno, ya me he adaptado a los tranvías petados, a las marshrutkas petadas de gente, a ver a las tías así vestidas y los tíos brutos. Aunque por mi parte he conocido a gente bastante europeizada con pensamientos muy progresistas. Verás como todo irá bien y te irás adaptando. Las primeras semanas siempre son de shock, luego ves que hay algo más. Lleva cuidado con los raptos, ¡qué fuerte me parece! Aquí no raptan peña, pero tampoco he estado en la Ucrania profunda...
Cuidado con el agua. Aquí una chica ha pillado paperas, ¡sí! Yo que pensaba que esa enfermedad sólo salía en las pelis...

CARPE DIEM dijo...

HOLAAAA
QUE GUSTO DA LEERTE Y SENTIR QUE TE VAS ACOPLANDO POCO A POCO.
PERDONA NO HABER ESCRITO ANTES PERO CIRCUNSTANCIAS VARIAS ME LO HAN IMPEDIDO.
DESDE LUEGO QUE ME QUEDO TRANQUILA DE VERTE ANIMADA Y COMO UNA ESPONJA ANTE TANTA NOVEDAD.
DESDE LUEGO, A PARTE DE SENTIRTE CERCA, TUS LETRAS TAN DETALLADAS, NOS VAN A SERVIR PARA VIAJAR Y VER TODO SIN ESTAR ALLÍ. TODO UN LUJO.
DE TODOS MODOS, CUIDATE MUCHO Y VE INFORMÁNDONOS DE TU TRIPA. NO TE FIES DE NADIE Y OBSERVA BIEN A TU ALREDEDOR HASTA QUE CONOZCAS EL DÍA A DÍA Y PUEDAS SENTIRTE COMO "EN CASA".
EN BREVE ESPERO MANDARTE FOTOS DE LA ENANA. ESTÁ INTENTANDO DAR SUS PRIMEROS SALTOS, Y PARECE UN PATITO, PERO SE LO PASA PIPA. AHORA QUE NOS TRAE LOCOS DE SEGUIRLA A TODOS LADOS!
POR LO DEMAS TODOS ESTAMOS BIEN. YO TRASMITO A LA FAMILY TUS NOTICIAS, QUE SON BUENAS Y NOS DAN SEGURIDAD Y TRANQUILIDAD.
MIL BESOS ALGO MÁS CALENTITOS QUE LOS TUYOS, PERO FRÍOS Y ANUNCIADORES DEL INVIERNO QUE SE AVECINA.
TE QUEREMOS UN MONTÓN