Me he hecho una amiga de Togo y me invitó hace unas semanas al colegio francés donde trabaja como profesora de primaria. Me enseñaron toda la escuela y el director me estuvo explicando la historia del centro. Entré en todas las clases de primaria y secundaria y estuve paseando por el patio mientras los niños corrían de un lado para otro. Me sorprendí hablando en francés con todo el mundo y sintiéndome orgullosa de haberlo estudiado, aunque hiciera ya mucho tiempo.
Me llamó mucho la atención el respeto que tienen los alumnos no sólo a los profesores que con una vara les dan en el culo si no han acertado el ejercicio en la pizarra o le dan una colleja o golpe en la cabeza, sino también a profesoras tranquilas y pacientes que no necesitan levantar ninguna vara o mano. Los niños parecen tener miedo ante tales reprimendas pero no parecen estudiar más para evitar las consecuencias.
Me llamó la atención la forma de enseñar que tienen, donde todo, desde una forma muy tranquila se enseña a modo de repetición y ejercicios en la pizarra.
Me llamó la atención que los profesores llamen la atención a los niños que escriben frases como "María juega a la pelota" y les digan que María no puede jugar a la pelota porque es una chica. Aunque más me sorprende escucharla como la he escuchado en boca de profesores de la Universidad.
El recipiente que se ve al fondo es donde se enjuaga el trapo y el borrador para limpiar la pizarra.
Esto son pizarras, que hacen la función de libretas.
Los alumnos se ponen de pie y reciten lo que se han aprendido de memoria o el resultado de un ejercicio planteado por la profesora.
Atentísimos desde el primer minuto.
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